"La Constitución destruye la nación". Esta gran pancarta con los colores de la bandera de España ha sido una de las que ha encabezado las protestas que durante las últimas noches han cercado la sede nacional del PSOE en Madrid situada en la calle Ferraz. Entre la turba, también banderas franquistas y "vivas" al dictador.
La ley de amnistía que perfilan los socialistas con ERC y Junts para permitir la investidura de Pedro Sánchez sirven de excusa para unas manifestaciones que, en realidad, van más allá. Desde la extrema derecha se aprovecha la coyuntura con el objetivo de subvertir el orden constitucional para pasar por encima de la democracia. Pero esto no ha surgido de la nada.
El caldo de cultivo
Desde que Pedro Sánchez llegó al Gobierno en junio de 2018 a través de la moción de censura a Mariano Rajoy, la derecha ha venido sembrando el relato de que es un presidente ilegítimo. "Okupa" o "traidor" son algunas de las lindezas que Pablo Casado, presidente del PP hasta su defenestración de la mano de Isabel Díaz Ayuso, le dedicaba mientras le abría la puerta a la extrema derecha solidificada en VOX.
Y así fue alimentándose al monstruo. Ni el haber ganado con holgura las elecciones del 28 de abril de 2019 ni la repetición que se produjo el 10 de noviembre del mismo año sirvieron para rebajar el tono. Tampoco sucedió con el ascenso de Alberto Núñez Feijóo, por muchos considerado "moderado", como nueva cabeza del PP. Algo imposible ante la radicalidad de una Ayuso que marca los tiempos del partido a la espera de su momento para conquistar Génova.
No hace falta irse tan lejos para encontrar discursos que ponen en la diana al PSOE. Tan solo una semana antes del estallido de las protestas Cuca Gamarra, secretaria general del PP, hablaba de "dictadura"; Miguel Tellado, vicesecretario de Organización de la formación tildaba de "fraude electoral" la investidura de Pedro Sánchez.
La hipérbole en torno a la amnistía tuvo la guinda en el encuentro que protagonizaron José María Aznar y el "moderado" Feijóo el pasado 2 de noviembre. "El candidato Sánchez es un peligro para la democracia constitucional española", lanzaba el ex presidente del Gobierno haciendo también un llamamiento a actuar. "Es la humillación más grande en España en siglos", agregaba el gallego.
Este caldo de cultivo ha permitido dar alas a un fascismo que hasta ahora dormitaba, quizás por la vergüenza a reconocerse como tal. Pero con su discurso presente en las instituciones, este sector trasnochado se ha visto legitimado para romper consensos y quebrantar la convivencia. Y la extrema derecha lo ha infectado todo.
Una excusa para instaurar el odio
Así llegamos a las protestas de Ferraz. El derecho a la manifestación es sagrado tal y como se recoge en el articulo 21 de la Constitución Española. De esta forma, las protestas en contra de la ley de amnistía son de pleno derecho. El problema es cuando la extrema derecha pretende capitalizar esta cuestión con intereses espurios. Para muestra, lo que ha sucedido estos días ante la sede nacional del PSOE.
Las consignas que más se han gritado en estas concentraciones poco tienen que ver con la eventual norma pactada con los partidos independentistas. Lo que más se ha oído han sido alaridos racistas. "En España, ni un puto MENA", "España, cristiana y no musulmana" o "Con los moros no tenéis cojones".
La extrema derecha, protagonista en las protestas de Madrid pic.twitter.com/6vdkeKPsrI
— Jesús Cintora (@JesusCintora) November 8, 2023
Para sorpresa de nadie, estas lindezas también se han aderezado con buenas dosis de homofobia teniendo como principal objetivo a Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior en funciones. En un alarde de originalidad sin precedentes, "Marlaska, maricón" se ha convertido en el cántico preferido de los ultras.
Una violencia que también han sufrido algunos periodistas que cubrían las manifestaciones, como Gabriel López, de TVE, que tuvo que interrumpir la conexión ante un exaltado que gritaba "¡Que te vote Txapote!", lema popularizado por el PP. O Javier Bastida, de laSexta, que ante el "pedazo maricón" de otro ultra respondía con elocuencia: "Pues mire, de 'pedazo maricón' es la única razón que lleva usted".
Insultan a nuestro reportero @javimaba en las protestas contra la amnistía: "Pues mire, de pedazo maricón es la única razón que lleva usted", les ha respondido
— El Intermedio (@El_Intermedio) November 7, 2023
Ánimo, compañero ???? #elintermedio pic.twitter.com/vgIqL3nr6i
Más allá de estas consignas, lo que da buena cuenta del perfil de estas manifestaciones y de su objetivo último es el haber escuchado el 'Cara al sol', himno de la Falange y uno de los oficiales de la dictadura de Franco, ante Ferraz. También dan algunas pistas lo grupos neonazis que han lucido esvásticas con orgullo o que se paseaban haciendo el saludo fascista, como Isabel Peralta, la falangista que tiene prohibida su entrada a Alemania, precisamente, por nazi.
La noche de este martes 7 de noviembre se ha producido la quinta noche de protestas. Esta jornada se ha saldado con al menos 39 heridos, 29 de ellos policías, y siete detenidos. Entre ellos, por supuesto, no se encuentran los líderes de VOX, que han acudido a hacerse la fotografía y caldear los ánimos para después huir ante las cargas policiales producidas ante el lanzamiento de objetos por parte de los ultras. Ni Esperanza Aguirre, ex presidenta de la Comunidad de Madrid, que en la noche del lunes 6 asistió para animar a cortar la calle.
VOX pretende acaparar el foco en estas manifestaciones. Prender la mecha para que otros se encarguen de que todo estalle. Por ello continúan con las palabras gruesas. Como Santiago Abascal, llamando a Sánchez "aprendiz de tirano" acusándolo de dar un "golpe de Estado" e incluso llamando a la policía a rebelarse contra "órdenes ilegales".
El malestar social es responsabilidad de @sanchezcastejon, pero las protestas deben partir del respeto y ejemplaridad que faltó siempre al @PSOE y sus socios.
— Alberto Núñez Feijóo (@NunezFeijoo) November 7, 2023
No somos como ellos. Ni como la minoría que actúa igual.
Nos vemos el domingo 12 a las 12 en las plazas de toda España.
Esto va más allá de la ley de amnistía. La ley de amnistía es la excusa para instaurar el miedo en una España que se les queda pequeña. Y tan responsables son los ultras como aquellos que les han dado alas, como un Feijóo que condena la violencia con la boca pequeña para hacer responsable de la misma a Pedro Sánchez. Es peligroso. De aquellos barros, estos lodos. Así que contra el odio solo cabe hacer un muro de contención.