Cándido Conde-Pumpido ha sido designado finalmente presidente del Tribunal Constitucional, y se ha impuesto en la votación frente a María Luisa Balaguer, pertenecientes ambos al sector progresista, aunque Balaguer también contaba con el apoyo del sector conservador.
Conde-Pumpido ha salido en votación en la primera votación con seis votos frente a cinco. El nuevo presidente ha contado con el aval de todo el bloque progresista, menos el apoyo de Balaguer, que se ha votado a sí misma, además de contar con el apoyo de los cuatro magistrados conservadores.
Los conservadores habían apostado por romper el bloque progresista y apoyar a Balaguer, que se declara marxista, feminista y republicana, pero a quien consideran una mujer de consenso para resolver la 'Ley Celáa', la ley de eutanasia, la ley del aborto, la Ley de Memoria Democrática o la Ley Trans.
Conde-Pumpido era considerado idóneo para el cargo por su trayectoria, antigüedad y edad, a juicio del bloque progresista. Sin embargo, María Luisa Balaguer anunció su intención de competir por el puesto al considerar que representaba una figura de consenso entre las dos corrientes del Tribunal Constitucional.
Uno de los votos decisivos ha sido el de la magistrada progresista María Luisa Segoviano, elegida por unanimidad por el CGPJ y que hasta ahora no había desvelado si iba a apoyar a uno u otro candidato. Finalmente, ha apoyado a Conde-Pumpido y su voto ha sido decisivo para decantar la balanza.
La vicepresidencia recaerá en el bloque conservador
La norma no escrita marca que la vicepresidencia recae siempre en el bloque conservador, que siempre ha mantenido contactos y surgió la candidatura de Ricardo Enríquez, desde la marcha de Pedro González-Trevijano, hasta ahora como presidente interino del Constitucional.