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"Si se quita la Cañada surgirán otras, mientras exista un problema de vivienda en Madrid seguirán existiendo asentamientos"

La Cañada Real lastra tres años sin suministros de luz, a pesar de las advertencias desde Europa.

"Si se quita la Cañada surgirán otras, mientras exista un problema de vivienda en Madrid seguirán existiendo asentamientos"

Javier Ródenas es trabajador social de Cáritas y pertenece a la Parroquia Santo Domingo de la Calzada, ubicada en el sector 6 de la Cañada Real. Este asentamiento, ubicado en el sureste de la capital, sufre tres años sin suministros de luz, una situación que considera una clara "vulneración de los derechos humanos" para quienes se encuentran en este lugar.

Se trata de una antigua vía pecuaria de 16 kilómetros, compuesta por seis sectores con necesidades diversas pero donde una gran mayoría de habitantes, familias españolas, de origen extranjero y de etnia gitana, se han instalado "generalmente por falta de medios y falta de posibilidades de vida", recuerda Ródenas.

Entre los sectores más vulnerables se encuentran el cinco y el seis, marcados por escándalos que han sacudido los medios, que han terminado afectando a todas las familias de la zona. Son las zonas afectadas por los cortes de luz, 800 familias que carecen desde hace tres años de suministro eléctrico

En este contexto, Ródenas expone que la situación se ha ido "deteriorando poco a poco": "Primero se eliminó el servicio de Correos, luego los servicios de transportes a los colegios y después los cortes de los suministros de electricidad para el sector seis, que ha dificultado enormemente la vida de las personas que viven allí, puesto que actualmente tener electricidad es fundamental en un hogar".

Un escenario que valora como una "vulneración de derechos" y del que denuncia que "nadie asume responsabilidades". Y, en ello, pone el foco en la ausencia de interés en "Naturgy, la Comunidad de Madrid, y ningún organismo". Por ello, señala las posturas de "organismos internacionales" como la "Unión Europea o el Defensor del Pueblo" instituciones, que han reclamado abiertamente la "necesidad de restablecer cuanto antes el suministro hasta los realojos", recuerda.

Un contexto que, además, ha llevado a los vecinos a "adaptarse como han podido", señala. Ródenas recuerda en este sentido, por ejemplo, el temporal de Filomena, en 2021, cuando el "Ayuntamiento invitó a los vecinos a acudir a un lugar llamado la Fábrica y la gente mostraba sus reticencias: tengo una casa, me cortas la luz y me ofreces irme. Dame acceso a luz, que ya me busco yo la vida. Hubo mucho conflicto con ello. Podríamos hacernos la idea de lo que supone en Madrid estar sin luz en 2023".

Cañada Real Galiana
Cañada Real Galiana GTres

¿Hay cierta sensación de que se les quiere expulsar de esos terrenos, de especulación inmobiliaria?

Si ves el plano urbanístico del Ayuntamiento de Madrid, ya establece un desarrollo urbanístico del ensanche que va hasta la M-50 y contempla la otra parte de la M-50 de la parte del río Manzanares como un espacio de esparcimiento de parques y jardines.

Eso es un parque regional medioambientalmente protegido del bajo cauce del Manzanares, independientemente de que hay una planta incineradora, tres plantas de reciclaje de tratamiento de residuos, montañas enteras de escombros inertes y para ello parece que no ha habido problemas para dar licencias, pero el parque natural sigue allí.

Pero claro que existen intereses urbanísticos para quitar la Cañada y construir y desarrollar todo el ensanche y tenerlo ahí. La gente dice: nos quieren echar, pero la gente tiene la sensación y yo la comparto. La gente vive con el miedo a que con cualquier intervención le derriben la casa y se queden sin la casa, tienen la sensación de que les van a echar.

La gente dice: nos quieren echar, pero la gente tiene la sensación y yo la comparto. La gente vive con el miedo a que con cualquier intervención le derriben la casa y se queden sin la casa

¿Qué sucede con el Pacto Regional?

Lo firmaron unos partidos, todos en general, pero el pacto ahora se ha roto, gobierna la misma formación, pero han cambiado los dirigentes. Argumentan que las viviendas no reúnen las condiciones.

Se comenta la posibilidad de que las personas compren los terrenos y reconstruyan las casas, pero la gente no tiene medios económicos. El realojo parece lo más eficaz, pero lleva mucho tiempo y muchos medios económicos. La gente se siente presionada y está mosqueada.

¿Qué casos se ha encontrado?

En la Cañada hay casos personales de todo tipo. Hay una persona con un problema de salud que necesita respiración asistida con botellas de oxígeno y que tenía que salir de Cañadaporque era inviable que pudiera subsistir en ese entorno.

Desde una familia con cuatro o cinco hijos que necesita todo lo relacionado con transporte escolar para que le lleven al colegio, volverles a traer, salir de la Cañada para buscar empleo o comprar, etc.

Si a todo le añadimos que sus habitantes no tienen luz, no pueden conectarse, no pueden ni refrigerar la comida... las condiciones de vida son lamentables. Los problemas son la distancia, la falta de recursos y la ausencia de luz.

Los problemas son la distancia, la falta de recursos y la ausencia de luz

¿Qué labor realizáis en Cáritas en la Cañada?

Apoyamos en las necesidades básicas de la población. Si hay dificultades para comer, se evalúa, los medios económicos, qué tiene la familia, posibilidades de acceso, todos los asuntos relacionados con la escolarización de los menores, apoyar a las familias cuando salen de la Cañada. Muchos salen realojados y muchos salen a la ciudad de Madrid, y esto es muy difícil después de toda una vida viviendo en la Cañada. Si estás toda una vida en un sitio en el que sientes que te ha pertenecido y después te echan sin querer, es toda una adaptación en todos los ámbitos.

Con la excepción de algunas familias que fueron allí y se mantienen con una situación más o menos aceptable, el resto terminan porque no tienen medios económicos.

El problema de la Cañada es que, si se quita la Cañada, volverá a existir otra. Igual de grande o núcleos más pequeños. Mientras exista un problema en Madrid de vivienda y la gente no pueda acceder a una compra y un alquiler; no haya vivienda pública que se adapte a su situación económica, se irán a casa de un familiar de hacinamiento o se irán a un sitio de chabolismo donde por cuatro duros se harán una casa.

Estamos hablando de población de muy bajo nivel cultural, formativo, con empleabilidad muy baja, no es fácil el acceso al trabajo, donde en gran medida las prestaciones sociales son fundamentales para que puedan subsistir aceptablemente. Son familias con recursos reducidos.

Javier Ródenas recuerda que la Cañada representa para sus vecinos un lugar del que es muy difícil salir: "Vivir en la Cañada supone una estigmatización para sus vecinos, el foco mediático ha hecho mella en ellos. Llevar un currículum hace que sea descartados en las ofertas de trabajo. Además, esto se une a la vida en la periferia sin ningún servicio básico: allí no hay nada: no hay colegio, polideportivo, biblioteca, alumbrado público, aceras, parques... Vivir en un territorio de esas características, se une a un recorrido muy largo por zonas de barro para alcanzar una estación de metro, es la marginación, los límites".

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