Canadá vuelve a dar un paso histórico en su pequeña revolución social. El paritario gobierno de Justin Trudeau ha hecho un movimiento muy controvertido y no exento de polémica. ¿El motivo? La aprobación durante la pasada semana de una nueva regulación de drogas que permitirá a los doctores preescribir heroína farmacéutica para tratar a personas con un alto grado de adicción.
Crosstown e Insite, dos clínicas situadas en Vancouver que varios antiguos gobiernos del país habían tratado de cerrar, son las grandes beneficiadas de esta medida puesto que podrán expandir sus programa de desintoxicación. En estos programas, únicos en todo el continente norteamericano, las personas adictas pueden asistir a los centros para recibir dosis de heroína prescritas y obtenidas gratis de la mano de una enfermera y en un medio controlado. De hecho, varios informes indican que los pacientes de estas clínicas tienen mejor salud y menos tendencia a cometer crímenes que las personas que se inyectan sin supervisión.
De este modo, Canadá no solo 'legaliza' la heroína sino que además controla su uso en ambientes sanitarios, tal y como informa el Washington Post. Con la aprobación de la nueva regulación, cualquier residente en el país puede acudir a su sistema sanitario (Health Canada) y ser prescrito con diacetilmorfina, el nombre médico de la heroína, bajo un programa de acceso especial. Cabe señalar que esta receta no será expedida a todos los pacientes, sino que solamente se le dará a personas con casos en los que las opciones tradicionales no han resultado efectivas.
Para el gobierno de Trudeau, esta modificación de la ley se ha basado en muchas medidas adoptadas en países europeos sobre la despenalización de las drogas como en el caso de República Checa, Suiza (donde se abrió el primer centro clínimo del mundo para drogadictos en 1986) o Portugal, donde desde que se eliminaron las penas por posesión en 2001 el porcentaje de personas drogadictas o con VIH ha descendido casi un 50%.
Terry Lake, el ministro de salud de la Columbia Británica afirma que los adictos necesitan todas las opciones para volver a recuperar el control de sus vidas. "Dada la epidemia de opiáceos a la que nos enfrentamos, necesitamos cualquier medida que esté disponible", explica. "Este movimiento muestra una disposición por parte del gobierno federal de verlo como un tema de base médica y no como algo criminal".
Este gesto no es el primero que toma el gabinete canadiense relacionado con la despenalización de las drogas. En abril de este mismo año, el gobierno anunció sus planes para legalizar la marihuana el próximo año, teniendo estos meses para determinar cómo se regularía de cara a 2017, tal y como hará también Alemania. Estas iniciativas son completamente contrarias a las tomadas por el anterior gobierno conservador del país, que prohibió la práctica aprobada ahora por Trudeau en 2013.