A mediados de noviembre de 2018, Joaquin cambió su nombre español por uno kurdo: Barán Guivara. Desde entonces, este murciano de 45 años ha pasado de conducir un camión por Murcia, Valencia y Almería, a instruirse como militar en Kurdistán, con el objetivo de enfrentarse al Estado Islámico, e intentar que salga adelante la conocida como Revolución de Rojava.
"Baran significa lluvia; me lo puse en honor al gallego Samuel Prada", el primer español no yihadista fallecido en un bombardeo en la región siria de Afrín, en febrero de 2018. Joaquin ha declarado para El Español que con este gesto quiso homenajearle. Ahora sirve para las mismas milicias para las que también lo hizo Prada. "Como voluntario, estoy en un proceso de educación militar e ideológica, basado en el conocimiento del confederalismo democrático y la historia del Kurdistán", comenta Barán.
El murciano ahora recibe clases de kurdo, realiza ejercicios militares y colabora con labores de construcción y rehabilitación de instalaciones pertenecientes a la YPG (Unidades de protección del pueblo) y a poblados de la región del Kurdistán sirio, distribuidos en un territorio conocido como Rojava.
Lo que llevó a este camionero a cambiar su vida en Murcia por otra muy diferente a más de 5.000 kilómetros de distancia, fue "una sensación de vacío". "Quería darle un sentido a mi vida, que fuese distinto al que rige la sociedad capitalista. Conocí el proyecto de Rojava y decidí dejarlo todo para venir aquí", afirma. Ahora colabora como voluntario de alguno de los distintos proyectos civiles de Rojava.
La Revolución de Rojava tiene varios objetivos, pero el principal es conseguir implantar asambleas populares para la toma de decisiones y promulgar cambios de carácter feminista en la sociedad. Al respecto, Barán afirma que "puede parecer una utopía, pero es el proyecto que se está llevando a cabo".
Voluntarios internacionales en Siria
Una información de la BBC aseguraba que, según datos de la web especializada en seguridad internacional Globalsecurity, existen 65.000 combatientes que, como Joaquín, han abandonado sus hogares para convertisre en voluntarios internacionales. Muchos de ellos se han alistado en las YPG, unas milicias armadas cuya labor es la autodefensa del pueblo del norte de Siria, y que cuentan con el respaldo de Estados Unidos en su lucha contra el Estado Islámico. A día de hoy no existen datos oficiales que revelen cuántos proceden de la Unión Europea.
Barán no comenta si tiene algún compañero de nacionalidad española, porque no quiere "comprometer a nadie". Asegura que no puede dar datos sobre su ubicación exacta u otros aspectos que puedan provocarle represalias tanto judiciales en España como de seguridad, ya que "el Daesh está muy atento" y ahora su "cabeza tiene un precio". "También debo tener cuidado por mi familia", afirma. A la pregunta de si ha matado a algún terrorista sí puede contestar. El murciano confiesa que hasta la fecha no ha podido entrar en combate por las diferencias idiomáticas y por su falta de experiencia militar.