Habitualmente somos conscientes de una enfermedad cuando se presentan los síntomas más evidentes, que en la mayoría de ocasiones vinculamos con fiebre, dolor o tos. Sin embargo, existen otros aspectos a los que debemos prestar atención y que, también, pueden revelar una posible patología.
Los cambios de color en nuestro organismo también son una señal a prestar atención. Se presta mayor atención cuando ocurre en la orina o heces, sin embargo, existe otro indicativo que también puede evidenciar que algo no va bien en nuestro organismo.
Se trata de la lengua. Habitualmente presenta la misma forma, textura o color, sin embargo, en muchas ocasiones puede cambiar y, de este modo, evidenciar que deberíamos estudiar la posibilidad de consultar con un médico posibles soluciones.
¿Qué cambios se pueden producir en la lengua?
La lengua está rodeada por un recubrimiento compuesto por la proteína queratina, muy resistente, encargada de proteger esta parte del cuerpo cuando comemos. Tiene color rosa, sin embargo, pueden aparecer pequeños bultos (papilas) con diferentes funciones.
Se trata de la capacidad de sentir temperatura y tacto, contener las papilas gustativas para detectar las características gustativas de la comida o crear fricción para ayudarnos a dar forma redondeada a la comida (bolo) y, de este modo, facilitar su ingesta.
En algunas ocasiones, la lengua puede cambiar el color o forma por procesos completamente rutinarios. Es habitual que determinados refrescos o comidas (el café, el curry o una piruleta, por ejemplo) impliquen un cambio en el color de la lengua, puesto que las papilas pueden absorber los colores y residuos de alimentos y bebidas.
En este caso, no tiene mayor relevancia porque es temporal y benigno. Se puede eliminar bebiendo mucha agua y, sobre todo, si mantenemos una correcta higiene bucal. Sin embargo, no siempre tiene estas características y algunos cambios pueden representar un problema de salud.
¿Cuándo debemos prestar atención?
Lengua marrón o negra
Papilas que crecen demasiado. Generan bultos y, al no poder crecer, se desprenden con cualquier actividad de la boca. Cuando crecen, pueden atrapar bacterias y ocasionar infecciones. Puede aparecer por antibióticos, fumar, mala higiene bucal, sequedad bucal o demasiado café y té negro.
Manchas blancas gruesas y llagas
Crecimiento excesivo de levaduras en la boca o aftas. Se trata de una candidiasis oral que puede estar vinculada a diabetes o VIH, efectos secundarios de antibióticos, dentaduras postizas, tabaco, sequedad bucal o inhaladores esteroides. Además, pueden ser signo de fiebre, de deshidratación, un signo característico de las personas que respiran por la boca o un síntoma de sífilis, pero también en algunas ocasiones implicar un cáncer oral.
Llagas rojas o amarillas con dolor
Pueden ser tejidos irritados, en ocasiones aparecer como manchas rojas y, rara vez, cáncer oral.
Color rojo brillante
Déficit de vitaminas como la B12 o escarlatina
Manchas rojas brillantes sin dolor y con cambios de lugar
Puede estar ocasionada por una afección inofensiva y sin cura llamada 'Lengua geográfica', que no tiene mayor importancia que su aspecto. Aparece habitualmente en niños de 4-6 años, aunque también en adultos jóvenes. Sin tratamiento, puede estar causada por estrés, deficiencias vitamínicas (vitamina B, ácido fólico, zinc), factores emocionales (ansiedad), irritantes (alimentos calientes, ácidos, picantes), reflujo gastroesofágico, alcohol, y a patologías de origen inmunitario, como la psoriasis, la rinitis, el asma y la dermatitis atópica.
