La ampliación del período de cálculo de las pensiones de 25 a 35 años cotizados supondría un recorte de las prestaciones de los nuevos jubilados del 8,2%, pero la cuantía no cambiaría si se permitiera descartar los peores seis años, según advierte el Banco de España.
La reforma del sistema conlleva una merma en la nómina que reciben los pensionistas. La aplicada en 2011 ya implicó un aumento de 15 a 25 años, lo que provocó una caída del 5%, que se sumaría a este 8,2% en caso de que, como insta la Comisión Europea, se elevara hasta los 35 años, según las estimaciones que ha hecho este organismo público.
El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ha dado marcha atrás en su determinación inicial y se ha comprometido a que el Gobierno "en ningún caso" amplíe a 35 años el período de cálculo. En cambio, sí ha admitido que "puede tener sentido aumentar el período de cómputo, pero a su vez elegir los mejores, y a su vez descartar las lagunas". Se tratará de una reforma de "pequeños ajustes para mejorar la equidad del sistema", según ha declarado.
Esos "pequeños ajustes" a los que se ha referido, dependiendo de cómo se retoque, implicarán que la pensión crecerá, se reducirá o se mantendrá. Es el objetivo del Gobierno, que la reforma tenga un efecto "neutro" a nivel presupuestario, pero que ofrezca una "nueva fórmula más justa" para las nuevas carreras laborales, puesto que para uno de cada tres ocupados, los mejores años de cotización ya no son los últimos, como sí sucedía anteriormente.
Caída
El ministro ahora quiere ampliar el periodo de cómputo pero, igualmente, incluir otros elementos como excluir un cierto número de años y mejorar el sistema de cobertura de las lagunas de cotización, los periodos en los que no se cotiza por no estar empleado.
Se trata de una fórmula de "simultánea la ampliación del período de cálculo a 35 años con el descarte de los años más desfavorables que permitiría suavizar la caída de la pensión inicial media, al tiempo que reducirá la heterogeneidad de las pensiones entre individuos", según explica el Banco de España.
El informe realiza una simulación de cuál sería el impacto de tomar en consideración los 29 años más favorables dentro de los 35 previos a la jubilación. El resultado es que la pensión media sería prácticamente similar a la actual.
El Banco de España destaca que tendría unos "efectos heterogéneos" entre trabajadores. Con ello, más de la mitad de los nuevos jubilados verían su pensión reducida respecto a la norma actual, lo que impactaría en mayor medida en los que tengan pensiones más altas, mientras que esta fórmula sí beneficiaría a las pensiones más bajas, aquellas por debajo de la mediana, algo que también redundaría en una "menor desigualdad".