La Cámara de Representantes de Colombia dio el pasado martes 26 de abril su respaldo al proyecto de ley que busca la prohibición de cualquier corrida de toros, así como la totalidad de espectáculos taurinos en el país.
La iniciativa fue aprobada por un amplio respaldo (46-94) y superó el segundo de los cuatro debates, por lo que ahora pasará a la comisión del Senado. El objetivo es suprimir espectáculos que todavía mantienen cierta tradición, como la Santamaría de Bogotá o las Ferias de Cali, Manizales o Medellín, además de otros cien municipios que celebran espectáculos taurinos con motivo de sus fiestas patronales, y las denominadas corrales y becerradas, espectáculos autóctonos y típicos del país.
El proyecto establece que el Gobierno Nacional, en el marco de sus competencias, tendrá un plazo de seis meses "contados a partir de la expedición de la norma para garantizar programas efectivos de reconversión económica de las personas que se dediquen a las actividades relacionadas con las corridas de toros", tal y como expone el diario nacional Semana.
La iniciativa pasará ahora al Senado de la República, donde tendrán lugar los últimos dos debates. A partir de aquí, se plantean varios escenarios. Se da la circunstancia de que, antes de que llegue la iniciativa al Senado, hay convocadas elecciones, fijadas en la primera vuelta para el 29 de mayo y, en una segunda, para el 20 de julio. Sin embargo, también es cierto que Gustavo Petro lidera las encuestas de intención de voto, y se trata de un candidato con posicionamientos claramente contrarios a la tauromaquia. Si la iniciativa prohibicionista no logra superar los dos últimos debates antes del 20 de junio, cuando finalizan las sesiones ordinarias del Congreso, decaería y no saldría adelante.
"La defensa de los animales no es inferior a la protección de las expresiones culturales"
La propuesta abolicionista partió de Juan Carlos Losada, autor del proyecto, que defendió ante la Cámara que "la defensa de los animales no es inferior a la protección de las expresiones culturales". Otro de los defensores de la abolición es César Lorduy, que manifiesta que "matar un toro delante de un público para que este disfrute de su muerte y de la sangre que este derrama, no puede ser un arte. La misma Unesco rechazó esta práctica en 1980 y la volvió a ratificar en el 2021".
En cambio, a favor del mantenimiento de la tauromaquia, se pronunció el representante de Colombia Justa, Libres Carlos Acosta, que presentó una ponencia para que se archivara la iniciativa asegurando que el toreo es una práctica cultural y lamentó que "muchos protejan la vida del toros pero no la de los bebés víctimas del aborto".
El debate sobre la prohibición de los toros en Colombia se ha alargado en el tiempo, después de que la Corte Constitucional haya dejado este asunto en un limbo jurídico, concediendo al Congreso dos años para prohibir la fiesta brava, un plazo que ya ha finalizado.