Tras días de incertidumbre, la desaparición de Álvaro Prieto se ha saldado con la peor noticia posible. El joven de 18 aparecía sin vida entre dos vagones de tren en la zona de talleres de la estación ferroviaria de Santa Justa, en Sevilla.
A la espera del dictamen definitivo de la autopsia, la principal hipótesis apunta a una muerte accidental por electrocución al subirse a un tren en reparación en una zona de acceso restringido de la estación, donde pudo recibir una descarga la misma mañana que desapareció.
Esta hipótesis cobra mayor fuerza ante las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad de una gasolinera cercana a la estación de Santa Justa, que proporcionan detalles de los últimos instantes con vida del futbolista cordobés, desaparecido desde el 12 de octubre tras perder un tren que tenía previsto tomar en Sevilla para regresar a Córdoba.
Las cámaras captaron a Prieto subido al techo del tren en el que fue encontrado sin vida. De acuerdo con las imágenes, el joven se sostuvo en la catenaria, lo que resultó en una descarga eléctrica que lo hizo caer entre los vagones del tren. Trágicamente, nadie se percató de su situación hasta que un equipo de TVE que transmitía la búsqueda de Prieto captó su cadáver entre los coches.
Según los técnicos de Adif pudo sufrir una descarga eléctrica de 3.500 voltios que lo habría matado en el acto. El cadáver tenía las manos quemadas y sin pelo, lo que es compatible con una fuerte descarga eléctrica. Por el estado del cuerpo, los forenses creen que el futbolista de los juveniles del Córdoba falleció el mismo 12 de octubre, día en el que la familia reportó su desaparición.
Renfe ha asegurado que el tren estaba averiado y que en los últimos días no había realizado ningún movimiento ni había sido sometido a ninguna revisión. El convoy se encontraba estacionado en una vía de apartado del Centro de Tratamiento Técnico de Santa Justa, a unos 20 minutos andando de la entrada principal, y no se había movido desde el pasado 24 de agosto.
La desaparición de Álvaro Prieto
El pasado 12 de octubre, en torno a las 7:30 horas, Álvaro Prieto llegó a la estación de Santa Justa y perdía su tren. Iba sin batería en el móvil, por lo que no pudo mostrarle el billete a los vigilantes, que le hicieron bajar del tren. El joven intentó entonces cruzar andenes y vías para intentar subir a otro tren, pero no lo consiguió.
Al dirigirse a atención al cliente, estos le ofrecieron un cargador y una llamada telefónica para contactar con su familia, pero Prieto lo rechazó y se marchó. Es entonces cuando las cámaras vuelven a captar al joven corriendo hacia las vías para, finalmente, abandonar la estación a las 9:35 horas.
El joven se marchó hacia la Avenida de Kansas City, como captaron las cámaras de la estación. Allí le vio un testigo sobre las 10:30 horas, pero luego se le perdió de vista tras verle poner rumbo hacia las vías del tren.
