El código penal de Canadá tiene una sección (la Sección 159, concretamente) destinada a decir lo que puede y no puede hacer la gente en la cama. Es especialmente dura con los adolescentes menores de 18 años, a los que prohíbe tener sexo anal bajo cualquier circunstancia. Teniendo en cuenta que los canadienses pueden tener sexo legalmente a partir de los 16 años, puede considerarse que la ley es discriminatoria con los jóvenes gays y bisexuales, puesto que solo el sexo anal está prohibido antes de cumplir la mayoría de edad, según recoge Gay Times.
Pero la ministra de Justicia canadiense Jody Wilson-Raybould quiere que esto cambie, y pronto: "Esta sección del Código Criminal es discriminatorio y la comunidad LGTB tiene razón en pedir su abolición. Nuestra sociedad ha evolucionado y nuestro sistema judicial también necesita evolucionar".
Y no es una ley que no se esté aplicando: según la ONG Igualdad por Gays y Lesbianas en Toda Canadá (Egale), "entre 2008 y 2014 veintidós personas han sido acusadas de sexo anal en Ontario por la Sección 159".
Pero la sección 159 tiene más reglas: el sexo anal tampoco puede ser practicado por mayores de edad si hay más de dos personas en la habitación.
Canadá es uno de los países más igualitarios del planeta, pero aún da un paso adelante por los derechos LGTB y por el progreso de su población en general, algo que su vecino EEUU probablemente no pueda decir ahora que ha elegido a Donald Trump como presidente.