El calentamiento global es un proceso atmosférico prácticamente inevitable cuyos efectos debemos prevenir de cualquier manera. En la actualidad las energías renovables como la éolica se hacen paso (aunque en España haya ahora mismo un impuesto al Sol que bloquee el desarrollo de la energía solar) y el cierre de centrales nucleares que pueden provocar riesgos innecesarios en la población están siendo desmanteladas en países como Alemania.
Y es que cualquier medida es poca para salvar nuestro planeta del aumento de temperatura media y de fenómenos meteorológicos extremos que se están produciendo año tras año. En este aspecto, científicos de la India están estudiando y trabajando en una solución mucho más casera que en la producción de nuevas energías. Según las publicaciones que se llevan haciendo en el país asiático desde hace casi 7 años, las vacas son las grandes culpables del calentamiento global. En concreto sus flatulencias.
Los pedos y sobre todo los eructos de las vacas producen cada año unas 13 toneladas de metano que va directamente a la atmósfera. Esta cifra es preocupante alarmante si la comparamos con los 11,75 toneladas de 2009 o las 9 toneladas de 1994. Es decir, cada vaca expulsa aproximadamente unos 0,15 metros cúbicos de metano al día por lo que es muy probable que en algún momento hayas respirado eructo de vaca. En India están buscando una solución con urgencia puesto que el metano atrae entre 20 y 25 veces más calor a la atmósfera que el temido dióxido de carbono o CO2 y en consecuencia, el efecto invernadero es más nocivo.
Por si esto fuera poco, India tiene dos grandes problemas: el gran número de vacas que posee (se estima que unas 280 millones, quizás por ser considerado un animal sagrado así como su importancia en la economía rural del país) y el gran crecimiento, principalmente energético, que está experimentando.
La solución no es barata
Para poner remedio a este problema, la gran mayoría de investigadores ha pensado en modificar la dieta de estos animales rumiantes para evitar que tengan menos flatulencias. Así lo están intentando en el Instituto de Invetigación Vacuno de Mathura, a unos 150 kilómetros de Nueva Delhi. Científicos escoceses han propuesto añadir ajo al pienso puesto que se ha demostrado que reduce los eructos en las vacas así como añadir plantas que produzcan el mismo efecto.
Otros investigadores han propuesto incrementar el azúcar en la dieta o incluso encerrar a las vacas en un gran invernadero para que el metano no se escape a la atmósfera, una solución que se consideró algo inhumana por impedir que los animales pastaran a sus anchas. Sea como sea, todas estas acciones son a corto plazo y además, extremadamente caras de implementar en un sistema donde la gran mayoría de poseedores de vacas son granjeros con pocos recursos que se mantienen gracias a la venta de productos que le producen estos animales.