La empresa promotora Fbex, responsable del edificio incendiado en el barrio de Campanar de Valencia, se sumó a la lista de muchas otras que no pudieron sobrevivir al colapso de la burbuja inmobiliaria.
El complejo que construyó en Valencia, entre las avenidas del General Avilés y del Maestro Rodrigo y financiado por Banesto, pasó a ser uno de los activos en manos del sector bancario tras la quiebra de la empresa en 2010. Durante su auge, experimentó un rápido crecimiento, pero su declive fue igualmente rápido y en apenas cinco años, Fbex se convirtió en historia.
Casi veinte años después, el incendio del pasado jueves 22 de febrero resultó en la trágica muerte de diez vecinos. Aún se están investigando las causas del fuego y su rápida expansión. Aunque se aguardan las conclusiones finales de la investigación, las primeras teorías sugieren que la combinación de los materiales utilizados en la fachada, junto con el viento intenso y las altas temperaturas en Valencia ese día, podría haber sido un factor determinante.
Excelencia en calidad de materiales
La empresa constructora promocionaba la "excelencia en la calidad de los materiales de construcción, con instalaciones modernas, acabados y equipamientos", además de afirmar que se habían llevado a cabo "estrictos controles de calidad durante todas las etapas de construcción" de las 138 "exclusivas viviendas".
En el año en que construyó el complejo de dos edificios de lujo en Nou Campanar, la empresa estaba en su apogeo. Con operaciones en Cataluña, las Islas Baleares, Murcia y la Comunidad Valenciana (donde tenía 26 proyectos en desarrollo), la compañía reportó ganancias de 20 millones de euros en 2005, con ingresos de 410 millones, casi el doble que el año anterior. Sin embargo, su deuda con entidades financieras alcanzaba los 385 millones.
Durante aquel período de bonanza, la empresa, especializada en construcción de residencias de primera categoría en áreas urbanas, adquirió medio millón de metros cuadrados de terreno edificable en la Comunidad Valenciana, con planes para construir 4.000 nuevas viviendas.
Pero apenas cinco años después, cuando se declaró en quiebra, registró pérdidas de 156 millones. Según sus últimas cuentas anuales, la deuda superaba los 500 millones de euros.
En 2015, dos empresas del grupo inmobiliario figuraban en la lista de deudores de Hacienda. Fbex Promo Inmobiliaria SL, la empresa matriz, acumuló una deuda de 37,7 millones de euros con Hacienda, mientras que su filial Fbexgarbal debía 10 millones.
También dejó una serie de deudas con las administraciones públicas valencianas. La empresa matriz tenía dos embargos del Servicio de Gestión Tributaria de la Diputación de Valencia (en 2019 y 2020), y tres embargos del Ayuntamiento de Alginet (entre 2020 y 2023). Juanpar II, una empresa aún activa propiedad de Juan Parada, su esposa y sus dos hijos, también fue embargada por el Ayuntamiento de Valencia en 2022.
Cuando el grupo inmobiliario se hundió, mantenía deudas con una veintena de entidades financieras, entre ellas con Bancaja, el Banco de València y la Caja de Ahorros del Mediterráneo.
Empresa dedicada a la domótica
La promotora presentó su proyecto en Campanar como una finca domótica, cuya gestión dependía de modernos sistemas automatizados. Precisamente, el entramado de Juan Parada Henares mantenía una empresa, con una participación directa del 96%, dedicada a la domótica. Se trata de Hogar On Iberia SL, constituida en 2007 mientras se construía el edificio incendiado.
El objeto social de la empresa, según los datos del Registro Mercantil, era la investigación, desarrollo, construcción, fabricación, instalación, reparación, mantenimiento y venta de toda clase de servicios y productos de domótica, así como de servicios asociados a la domótica.
Hogar On Iberia SL era la única sociedad del grupo que no se dedicaba a la promoción inmobiliaria y contaba con Parada y uno de sus hijos como administradores. Se extinguió en 2015.