Hace unos días la policía de Londres fue alertada por unos vecinos que habían encontrado un enorme objeto en llamas en medio de la calzada. Se trataba de una estructura metálica de gran tamaño que había sufrido daños y estaba rodeada de piezas y fragmentos sueltos. Si el aviso no invitaba ya lo suficiente a pensar en un elemento extraterrestre, cuando los oficiales llegaron describieron el objeto, efectivamente, como lo que parecían ser restos de un OVNI estrellados contra el asfalto.
Al recibir el aviso, "los oficiales del equipo de emergencias fueron enviados con la brigada de bomberos de Londres. ¡Cuando llegaron a la escena no podían creer lo que veían sus ojos!", decía el mensaje del Facebook de la policía.
No se trataba en absoluto de un meteorito o algún elemento natural caído del cielo, sino que obviamente era una construcción, una serie de piezas ensambladas e incluso con brillantes colores en su superficie que, para mayor misterio, estaba envuelta en fuego. ¿Cómo había podido llegar algo tan grande hasta ahí? La policía, para recrearse un poco más, dejaba la pregunta en el aire.
Finalmente y tras apagar las llamas se descubrió que el objeto era en realidad un enorme horno de piedra como el que se podría utilizar para hacer unas pizzas. ¿Misterio resuelto? Bueno, en realidad no. ¿Cómo pudo llegar un horno de semejante tamaño y, sobre todo, peso, al medio de una calle?
Quizás alguien estaba simplemente tratando de evitar llamar al servicio de retirada de muebles y trastos viejos y recurrió al clásico truco de abandonarlo en cualquier sitio en medio de la noche. Pero, ¿era necesario prenderle fuego? A veces los misterios de la mente humana son aún más inquietantes que los del espacio exterior.
