A estas alturas parece que las personas no han aprendido que hay que tener mucho cuidado con los que se escribe y publica en redes sociales. Un tweet de mal gusto le han pasado factura a Christian Martínez. "Ha muerto un Guardia Civil en Granada... bonita tarde se ha quedado", escribía en su cuenta de Twitter después de conocerse la muerte de un agente tras un tiroteo en la localidad granadina de Huétor Vega.
El guardia civil, de 47 años, murió después de que un ladrón le disparase con su propia arma reglamentaria provocándole una severa y grave hemorragia mortal. Este terrible suceso parece que le despertó cierta sorna a Christian, un repartidor de Burger King de Avilés (Asturias) que dejó de serlo tras el revuelo causado por su tweet desafortunado.
Presiones a través de las redes sociales
El tweet corrió como la pólvora en las redes sociales causando un impacto que el propio chaval de 22 años no se esperaba. Usuarios de Twitter y Facebook lanzaron una feroz campaña para pedir su despido fulminante. Burger King, no ajeno a las presiones, decidió despedir a su trabajador a través de un mensaje enviado por WhatsApp. "Su comentario es inaceptable y esta empresa muestra su total repulsa; además, la empresa se ha visto relacionada con el mismo, con grave perjuicio de su imagen y reputación", justificaba Burger King el despido de Christian.
La propia empresa señalaba en sus estatutos las razones del despido del chaval: "Una transgresión de la buena fe contractual y abuso de confianza tipificada por el artículo 54.2 d) del Estatuto de los Trabajadores como incumplimiento contractual, que es grave y culpable". Tras el despido, algunos usuarios de las redes sociales, se han puesto de parte de Christian diciendo que puede denunciar a Burger King por despido improcedente.
Solo quería mostrar "indiferencia hacia los hechos"
Christian relata a El Español que "si enseñara la cantidad de amenazas que he recibido, se asustarían"; además, cuenta que sigue recibiendo mensajes y llamadas ocultas con diversas amenazadas, entre ellas, que le darían una paliza sin le encuentran por la calle.
Él justifica o aclara que su tweet no pretendía ser ofensivo o burlesco en torno al asesinato del guardia civil, sino que quería mostrar "indiferencia hacia los hechos". Martínez señala la poca o nula libertad de expresión que hay en España.