El primer burdel de muñecas sexuales de Europa abrió sus puertas en 2017 y fue en España, concretamente en Barcelona. En él se ofrecían servicios que todavía no se habían visto por el momento en el continente. Estos servicios consistían en la opción de elegir entre tres muñecas con un realismo abrumador con las que poder mantener sexo. Sin embargo, fue cerrado con tan solo un mes de actividad.
Tras este primer prostíbulo de muñecas de plástico, en Francia abrió otro a principios de 2018, bajo la empresa XDolls. En él, los clientes, pueden elegir entre los servicios de Lily, Sofia y Kim. Muñecas hiperrealistas, de diferentes tamaños y estilos, con toda la anatomía de una mujer de verdad pero esta vez de silicona.
Dejando atrás Europa, esta vez será en Toronto, Canada, donde abra esta clase de insólitos prostíbulos. Por tanto, será el primero que se situe en Norteamerica. La fecha prevista para la innauguración es para el 8 de septiembre y se localizará en un centro comercial con una entrada privada lejos de miradas indiscretas. Aura Dolls es el nombre de esta nueva casa de muñecas.
Las condiciones
En el proceso de reserva se pueden seleccionar las varias opciones que disponen. Permite seleccionar entre seis muñecas femeninas, cada una con un perfil completo y diferente. Las muñecas tienen edades entre los 21 y 24 años e incluyen aclaraciones sobre su etnia, cabello, color de ojos, sus curvas y su figura. Y finalmente, aclara que sus pechos son "naturales", pero ¿esto cómo puede ser si son de silicona?
Por otro lado, para asegurar la intimidad de su clientela, estos no tendrán que interactuar con ningún miembro del personal durante la visita, ya que no disponen de personal físico en el lugar, sino que tienen una cámara. Tras ser informados por los precios, entre los que oscilan 80 dólares por 30 minutos hasta 960 dólares por cuatro horas, "solo tienen que hacer el pago en el mostrador y dirigirse directamente a sus habitaciones", explicó la directora de marketing Claire Lee a CityNews.
Los detractores
Son muchas las críticas negativas que se han llevado este tipo de lugares ya que, según afirman algunos, "las muñecas sexuales avivan la deshumanización de las mujeres". Por ejemplo, fueron numerosas activistas francesas las que protestaron contra el establecimiento similar de XDolls. Los manifestantes compararon el acto de acostarse con esas muñecas de silicona a la degradación de la mujer y la violación.
Les preocupa, entonces, que la conducta sexual abusiva que ponen en prácticas los clientes con las muñecas pueda trasladarse al trato con mujeres reales. Lorraine Questiaux, del grupo feminista Mouvement du Nid definió este burdel como "un lugar en el que se gana dinero por simular la violación de una mujer".
