El feminismo se está instalando poco a poco en nuestra sociedad. Más visibilidad a actrices, políticas, escritoras, abogadas, filósofas, poetas... amas de casa. La lista es larga. En todos los ámbitos a base de la lucha constante las mujeres se están haciendo con el hueco que les pertenece y se adecua a la igualdad legal.Y para que el feminismo continúe su camino sin pausa, era necesaria que en las citas también reinara. Estamos hablando de las las apps para ligar. Bumble es una aplicación que aterrizó en España a finales de noviembre y se está dando a conocer, entre otras cosas, por su marcado discurso feminista. En tres años ha conseguido 30 millones de usuarios en todo el mundo, liderado por el concepto de que sean las mujeres las que den siempre el primer paso.
El primer paso es de ellas
Que los hombres inicien las conversaciones y tengan que pedir salir es una historia aburrida, anticuada y tiene un poco bastante de machismo. Pero si eres mujer y simplemente tienes miedo de lo que pueda opinar un hombre si te atreves a contactarlo por iniciativa propia... Bumble, es tu aplicación. En esta app sólo las mujeres pueden iniciar las conversaciones una vez que dos usuarios se gustan mutuamente.
La app ha demostrado que las cosas cambian cuando las mujeres llevan el timón, y hace poco celebraron los 100 millones de primeros pasos dados por mujeres. Casi nada. Bumble contempla también conexiones entre dos mujeres o dos hombres y ahí que empiece la conversación quien quiera. Ahora sí, una novedad de esta app es que en cualquier caso tienes que hablar antes de 24 horas: si nadie habla ni actúa en ese espacio de tiempo, se pierde esa conexión. Aunque también puedes extenderla para que siga vigente un día más.
Whitney Wolfe, la fundadora
Su fundadora es Whitney Wolfe, una exdirectiva de Tinder, vicepresidenta de marketing de esta compañía hasta que la ruptura con su novio, otro de los fundadores, casi acaba con su carrera. Wolfe demandó a su ex pareja y jefe de Marketing, Justin Mateen, por acoso sexual y discriminación. Este la subestimaba de tal manera que apoyaba fuertemente la absurda teoría de que tener a una chica de 24 años liderando la app "desmerecía" a la empresa y hacía parecer a Tinder como una "broma". Asimismo, la llamó "zorra" delante de otros ejecutivos y la enviaba mensajes homófobos, sexistas y racistas.
Mateen no se tomó bien la ruptura y la tensión entre ambos se volvió insoportable. El ejecutivo la amenazaba en horario laboral con mensajes en los que le exigía explicaciones sobre su vida personal. Así lo demostraron las capturas que Wolfe adjuntó en su denuncia contra la empresa por acoso sexual y discriminación. "Te arrepentirás de esto una vez que tu comportamiento haya acabado con la ternura que siento por ti", se podía leer en uno.
Wolfe le decía que parara porque estaban en la oficina y que se sentía amenazada y acosada."Sí, si no puedo llevarme bien contigo y eso empieza a afectar a mi trabajo, el efecto será tu salida", llegó a admitir Mateen. A esto se sumaban comentarios despectivos y descalificaciones. La joven pidió ayuda al director de la firma, Sean Rad, que respondió presionándola para que renunciara. El caso se cerró con un acuerdo por el que, si bien Tinder no aceptaba ninguna culpa, debía pagar a la exdirectiva una cifra que no llegó a hacerse pública.