La Comisión Europea (CE) ha anunciado este lunes que está trabajando en una "intervención de emergencia" y una reforma estructural del mercado eléctrico, al señalar que fue diseñado bajo un marco que ya no se aplica.
La presidenta, Ursula Von der Leyen, ha defendido la necesidad de aplicar una reforma en este mercado, ante los precios "desorbitados" que se están pagando en el Viejo Continente por la electricidad en plena guerra de Ucrania, ya que se ha ligado el precio del gas a otras energías.
Von der Leyen ha defendido la necesidad de cortar la dependencia energética de Moscú y ha señalado cómo los actuales "desorbitados" representan las "limitaciones" del diseño que muestra el mercado eléctrico actual.
"Fue desarrollado para diferentes circunstancias, por eso ahora estamos trabajando en una intervención de emergencia y una reforma estructural del mercado eléctrico", ha explicado Ursula Von der Leyen, que ha defendido en todo momento la necesidad de emprender la reforma cuanto antes.
La presidenta de la Comisión Europea ha reclamado que Europa debe realizar una respuesta al "chantaje" energético que ha realizado Rusia, con los precios de la energía disparados, algo que ha generado dudas sobre la unidad en relación a las sanciones sobre las importaciones del crudo ruso. "La era de los combustibles fósiles rusos en Europa se ha acabado y liberarnos del chantaje nos traerá más poder para defender el orden global".
Energía renovable
La ruptura de las relaciones con Rusia implicaría una diversificación de proveedores, y ha recordado que en lo que va de año 2022, el suministro de gas desde otros países diferentes a Rusia se ha incrementado en 31.000 millones de metros cúbicos.
Von der Leyen también ha destacado los planes para recortar la demanda de gas que llega a la Unión Europea, mejorar la capacidad de ahorro y aumentar las reservas que mantienen los miembros del Eurogrupo. El objetivo es evitar problemas ante cualquier alteración que pueda producirse ante los suministros del gas ruso.
Ante este contexto, la presidenta de la Comisión considera que la mejor forma de eliminar la dependencia del gas ruso es acelerar la transición hacia las energías renovables y promoverlas. "Cada kilovatio de electricidad que Europa genera de energía sola, eólica, hidráulica, biomasa, geotérmica o de hidrógeno verde nos hace menos dependientes del gas ruso", ha señalado.