La revista especializada Human Reproduction Update informó hace cinco años que la calidad del esperma de los hombres occidentales se ha reducido a la mitad en los últimos cuarenta años. Los propios científicos dictaminaron que este cambio se debe principalmente al tabaquismo, el estrés y la mala alimentación, pero parece que no todos se convencen de ello.
De todas las prácticas que se presentan como una "mejora de la salud" (sin tener ningún reconocimiento científico detrás) ha llegado una que promete mejorar la calidad del esperma: broncearse los testículos. El medio Inverse ha sido el encargado de dar a conocer el alcance real que puede tener esta práctica en los hombres.
Después de la piel, tocan los testículos
Esta forma de broncearse los testículos ha sido denominada bromeoterapia y consiste en la exposición de los testículos a una luz infrarroja. Con ello, se supone que se logra potenciar la producción de testosterona mediante el uso de calor. Esto sería una idea maravillosa si no fuera porque los urólogos desaconsejan rotundamente broncearse esta parte de los genitales.
"Broncearse la bolsa escrotal y llamarlo bronceado de testículos es como broncearse la piel y llamarlo bronceado de hígado. El planteamiento es terminológicamente incorrecto", explica sarcásticamente la uróloga Ashley Winter. Y es que, tal y como ella apunta, esta práctica no penetra en el dartos, la túnica albugínea de los testículos y, en consecuencia, no aumenta la producción de testosterona.
Esta pseudoterapia no tiene ninguna base científica ni médica. Por ello, es importante desmentir esta práctica ya que muchas personas podrían aprovecharse del desconocimiento de algunos hombres y sacar una rentabilidad económica de su ignorancia y deseo de aumentar su producción de esperma.
¿De dónde surge esta creencia?
Hay un número infinito de experimentos de toda clase que buscan mejorar y entender la salud del ser humano. Las personas que se muestran partidarias del bronceado de testículos asientan su base en un estudio (poco fiable) realizado en 1939 con ocho hombres a los que se expuso sus testículos a la luz solar para comprobar el aumento de la testosterona.
Efectivamente, el nivel de esta hormona subió. Pero, ¿entonces están en lo cierto? El director del departamento de urología de la Universidad de California en Los Ángeles, Jesse Mills lo explica: "No hubo grupo de control, el estudio nunca se ha replicado y no hay ciencia real en absoluto". Parece que entonces su teoría hace aguas.
¿Cuales son los riesgos de la bromeoterapia?
La bromeoterapia plantea dos amenazas principales. Por una parte, la más directa es la inversión económica inútil. Gastarse cantidades desorbitadas en pseudoterapias no es quizá la mejor de las ideas y por eso se debe ser muy cauto a la hora de invertir en un tratamiento.
Por otro lado, y más importante, este bronceado tiene ciertos riesgos para la salud. En este caso concreto, la uróloga Mills explica que "el mayor riesgo de la terapia con testosterona es que puede causar infertilidad". Toda una ironía, sin duda. Con un aumento de la temperatura en el interior de los testículos se acabaría con gran parte de los espermatozoides. En conclusión, si eres hombre y quieres cuidar tus testículos, con una buena alimentación y mejorar tus hábitos de vida saludables estarás bien.