Britney Spears la ha vuelto a liar. O, más bien, se ha impuesto con toda la fuerza en Israel y, seguramente, sin ni siquiera haber sido consciente de ello.
La intérprete de 'Oops... I did it again' seguro que llegó a pensar en el título de su propia canción cuando le dijeron que las elecciones al partido laborista habían sido aplazadas porque ella había querido poner su concierto, precisamente, el mismo día y prácticamente en el mismo lugar en el que se celebraban los comicios.
Sí, no sabemos si Britney Spears guarda algún tipo de oscuro vínculo con los detractores de Isaac Herzog, líder de la formación, pero lejos de este mundo conspiranoico, hay que decir que la de Misisipi le ha dejado en muy mal lugar.
Así es, el próximo 3 de julio las filas laboristas tenían planeado celebrar unas elecciones en las que confirmar a su próximo candidato, algo así como la amigable pelea que mantienen Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López.
Sin embargo, parece que para ello deberán esperar un día más. Los efectivos de seguridad han temido que los fans enfervorecidos de Britney puedan crear graves problemas de tráfico en la zona que impidan el acceso a los electores. De hecho, la gran diva ha conseguido que haya escasez de guardias privados. Es decir, que en su primera actuación en el país hebreo, Britney Spears no puede negar que ha conquistado a todo el mundo.
El golpe no era lo que más necesitaba el partido laborista, que se encuentra hundido en las encuestas y no toca poder desde 1999. Las redes sociales, como no podría ser de otra forma, ya se mofaban de la situación y lo cierto es que Herzog, el candidato con mayores posibilidades para ganar los comicios, se está llevando más de una pullita: "al menos tendrá un día más para intentar entrar en el Gobierno", escribía un usuario de Twitter con muy buena intención -nótese la ironía-.
A pesar de la intensa caída del candidato laborista, tiene posibilidades de conseguir la cartera de Exteriores tras aliarse con el actual primer ministro conservador, Netanyahu, así que al menos podrá "darse con un canto en los dientes" y planear su oscura venganza desde su nuevo puesto: ¿Cancelar un futuro concierto suyo en plena franja de Gaza? Vayan haciendo quinielas.
Britney Spears la lía...
Nuestra diva más querida ha sido continuamente el centro de las polémicas. Por ejemplo, en un concierto en noviembre de 2016 en Las Vegas, la cantante se encendió y comenzó a gritar comentarios cuquis del estilo: "¡Todos los de allí, que levanten ya el puto culo!". Sí, es todo amor. Esperemos que esta vez se controle, que en Israel tienen muchas ganas de verla.
También se la pudo ver en un centro comercial peleándose con un saco de boxeo, robando helado, camisas y bolsos y durmiendo en una tienda de decoración. Aunque, en este caso, todo tenía una justificación: estaba grabando un programa con Ellen DeGeneres y había que liarla sí o sí.
Paraguazos con paparazzis y otro tipo de gestos han sido los que han mantenido siempre a una Britney que ha abandonado en los últimos años los titulares más polémicos. Ahora puede negar con rotunidad estar en sus horas más bajas: cualquiera no tiene la capacidad de parar unas elecciones. Hay que reconocerlo.
