La vida laboral de hombres y mujeres está plagada de diferencias, pero parece que estas no se radican una vez que empieza esa etapa 'dorada' conocida por jubilación. Cuando llega el momento de descansar y recibir lo que hemos aportado al Estado, parece ser que perduran las distinciones por género, y es que las mujeres cobran casi un 40% menos que los hombres.
'Para que me ha servido tanto trabajo', 'Todo el esfuerzo de mi vida para nada'... Estas suelen ser las afirmaciones típicas de las mujeres, que después de toda una vida de lucha y sacrificio ven como el sistema las margina hacia la austeridad.
Según un informe realizado por UGT y del que se ha hecho eco 'El programa de Ana Rosa', los hombres cobrarían de media 1.200 euros al mes, mientras que la pensión de las mujeres apenas llegaría a los 472, existiendo una brecha salarial de 458 euros al mes, es decir, un 37,15% menos.
Cataluña es la comunidad donde más diferencia se aprecia entre ambos géneros, seguida de Asturias, Murcia, Navarra y Cantabria.
Las comunidades donde la diferencia es menor son Madrid y Sevilla, pero no crean que la explicación está en un sistema más igualitario. La respuesta está en un sistema más deficiente, ya que en estas regiones los hombres cobran menos que en el resto de España.
Así mismo, hay que señalar que existe un mayor número de mujeres pensionistas que hombres, un 5'3% más. Este dato estaría relacionado por la interacción de varios factores, como una mayor esperanza de vida femenina y la existencia de más trabajadoras que trabajadores. Además, según los expertos, la cifra de mujeres operarias real sería mucho mayor que la que figura sobre los papeles, ya que la mayoría de jubiladas trabajaron a la sombra de la seguridad social, ejerciendo labores no reguladas, como trabajos en el campo o empleos desde casa.
Todo ello está explicado por nuestro sistema de pensiones, el cual se basa en un modelo contributivo, es decir, se recibe en función de lo que se cotiza durante la vida laboral, y muchas de estas mujeres nunca cotizaron el sueldo percibido. Además, este dato es la base de la pirámide para explicar la brecha salarial en las pensiones entre hombres y mujeres: ellas siempre han cobrado menos. Una vez más la discriminación laboral es la raíz de un problema grave: las miles de mujeres jubiladas que tienen que malvivir con una pensión ínfima.
Nos vamos al garete
Aunque ahora esta realidad nos parezca una barbaridad, dentro de unos años estos hombres y mujeres tendrán que dar gracias por cobrar una pensión, y en un futuro no muy lejano pensaremos en ellos como verdaderos afortunados.
El sistema de pensiones está en un grave peligro, en parte por una opaca gestión de nuestra bolsa de pensiones, y en parte por las deficiencias demográficas de la sociedad española, donde predomina una población cada vez más envejecida.
Los datos hablan por sí solos, para que las cifras de natalidad aseguren el sistema de bienestar tal y como le conocemos, las familias deberían de tener casi siete hijos por familia. Actualmente, estas no llegan ni a dos.
Este problema se ha visto agravado por la llegada del cambio de paradigmas, donde la independencia y la individualidad cada vez están más valoradas, pero no hay que olvidar que muchas parejas ven truncados sus deseos de formar una familia por las pésimas condiciones del mercado laboral, donde una mujer embarazada es casi una paria y los sistemas de conciliación familiar son pésimos.
Como vemos, dos graves consecuencias de un mismo problema: el mercado laboral.
