Durante los años más duros de la crisis, concretamente la etapa entre 2011 y 2015, la cantidad de personas con mayor poder adquisitivo ha crecido en 58.464 nuevos ricos. Sin embargo, casi millón y medio de españoles cobran menos de 6.000 euros anuales lo que ha provocado que el país haya empobrecido y la economía real de las familias aún no se haya recuperado.
La riqueza en España se concentra en unas miles de personas mientras crece a marchas forzadas -y por millones- el número de trabajadores que, literalmente, tienen que sobrevivir para llegar a fin de mes por el deterioro del mercado laboral y los recortes del Estado del Bienestar durante una de las peores crisis económicas y financieras de las últimas décadas.
La riqueza se concentra en una minoría
De 39.810 a 50.738 ha aumentado la cifra de contribuyentes que tienen entre 1,5 y 6 millones de euros mientras que los que superan esa cifra crecieron en tan solo cuatro años de 4.717 a 6.480 tributarios. La división por tramos y la gestión -exención de hasta 300.000 euros a aquellos que superen los 700.000 euros entre su patrimonio mobiliario e inmobiliario- de las declaraciones que conforman las estadísticas de la Agencia Tributaria hace que la cifra de nuevos ricos no parezca tan abultada. Sin embargo, hay 58.464 más que hace casi un lustro.
Los contribuyentes que declaran este impuesto han pasado en esos cuatro años del 0,27% de los españoles al 0,4%, aumentando su posesión de bienes desde los 430.668 millones a los 582.612. Sin embargo, las rentas de los doce millones de contribuyentes que cobran menos de 20.000 euros al año han ido descendiendo. Al mismo tiempo, se recupera ligeramente la clase media -aquellos que tienen unos ingresos de entre 20.000 y 60.000 euros anuales- pasando de 5,9 a 6,25 millones de personas.
Este movimiento de salarios entre los más ricos y las clases más desfavorecidas está provocando que cada vez más personas cobren menos mientras que las clases medias y altas van aumentando lo que pone en entredicho el sistema de recaudación español, favoreciendo claramente a aquellos que acumulan grandes fortunas.
Impuesto de Patrimonio
Con las progresivas reducciones del Impuesto de Patrimonio tras ser derogado en 2007 y recuperado en 2011 -que grava la posesión de bienes muebles e inmuebles y es recaudado en el IRPF- aprobadas en los últimos años, la cifra de contribuyentes ha caído desde los 981.498 a los 188.680, entre los que solo 163.499 pagan realmente, librándose el 13,3% de los tributarios.
La aministía fiscal del ministro de Hacienda Cristóbal Montoro de 2012 declarada inconstitucional afloró la cifra de 31.500 ciudadanos que no habían declarado grandes cantidades de dinero Hacienda. Sin embargo, ese mismo año el aumento de contribuyentes fue de 47.556 -cifra que ha ido en aumento los años posteriores- por lo que resultaría engañoso relacionar la aministía con el aumento de personas que tributan este impuesto.
Por comunidades, la que más ricos tiene es Cataluña con 72.716 personas que declaran 2,37 millones. La Comunidad Valenciana es la segunda en la lista con 18.509 ciudadanos que tributan 2,93 millones y Andalucía con 15.888 y 3,08 millones. El Gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido por Cristina Cifuentes (PP) por el contrario, tiene una cuota cero y es la zona de España donde más se concentran las fortunas. Lo que explicaría que cada vez más personas trasladen su domicilio fiscal a Madrid.
Continuamente se suceden enfrentamientos en las comunidades autónomas a causa de este polémico impuesto que tanto gobiernos de los socialistas como presididos por el Partido Popular han eliminado, recuperado o reducido a cero. Si hubiera la igualdad fiscal fuera real, existiría un patrón común establecido por el Estado para que vivas donde vivas tributes la misma cantidad por tus bienes y reduciendo así las desigualdades de patrimonio.