El sexo bondage es una práctica erótica que implica atar o restringir a una pareja durante actividades sexuales. Si has leído esto seguro que tu cabeza está pensando en una retahíla de juguetes sexuales y el sadomasoquismo. No tiene nada que ver. Bueno, los juguetes sexuales pueden aceptarse, pero la realidad es que para esta práctica no tienen que utilizarse necesariamente, sino que se puede utilizar un pañuelo, una corbata, una cadena o unas esposas.
¿Dónde está el placer? En disfrutar de inmovilizar o ser innovilizado durante el encuentro sexual.
El bondage puede convertirse en una experiencia placentera y enriquecedora para quienes participan en ella. Por ello es importante que en todo momento exista comunicación y queden establecidos unos límites y una seguridad. A continuación puedes leer algunos consejos para tener en cuenta:
1 Comunicación
Antes de comenzar, habla con la otra persona sobre tus deseos, límites y expectativas. Asegúrate de que ambos estéis cómodos y por supuesto, exista consentimiento para probar el bondage. Para evitar ese miedo a lo desconocido, lo más seguro es practicarlo con tu pareja o con alguien en quien confíes.
2 Hazlo con suavidad
Si es la primera vez, comienza con ataduras suaves y no demasiado restrictivas. Puede que la persona atada se agobie y, de esta manera, tendrá la sensación de que se puede liberar en cualquier momento. Puedes usar bufandas, esposas suaves o cintas especialmente diseñadas para bondage y por lo más básico, como hacerlo con las muñecas o con los pies atados.
3 Conoce las técnicas para no sentir dolor
Aprende las técnicas básicas de ataduras para evitar posibles lesiones. Además, os recomendamos que tengáis una "palabra de seguridad" con la que parar si la situación no es cómoda para alguna de las partes. Recuerda que, aunque al principio se haya consensuado, puede que una vez llegado el momento, no resulte agradable y alguno desee frenar. Cuestión de respeto.
4 Hablad una vez haya terminado
Aunque durante todo el proceso la comunicación es importante, también lo es una vez hayáis terminado. Así sabrás cómo se ha sentido la otra persona y podrás contarle tu punto de vista de cara a posibles futuros encuentros de este tipo.
Recuerda que la clave es el consentimiento mutuo, la comunicación abierta y el respeto hacia los límites de cada uno.
