Han sido cinco segundos, pero el espectáculo no dejó a nadie indiferente: el oscuro cielo de Finlandia, propio del Ártico, se iluminaba de repente con la apariencia de cien lunas llenas por encima de todos los habitantes.
Los expertos han relacionado este fenómeno con el de la lluvia de estrellas de las Leónidas, provocado por el paso de nuestro planeta por la órbita del cometa Tempel-Tuttle.
Este caso ha destacado por su singularidad: Tomas Kohout, del departamento de Física de Helsinki, asegura que la bola de fuego "parece haber sido una de las más brillantes de la historia". Su magnitud ha sido tan grande, que algunos científicos sospechan que pueda haber caído a la Tierra y haber dejado algún meteorito en algún lugar inexplorado.
La bola de fuego se sintió también al norte de Noruega y en la península rusa de Kola y se hizo sentir como una explosión seguida de una inmensa bola de fuego. La roca podría llegar a pesar unos 100 kilogramos, según Nikolai Kruglikov, de la Universidad Federal de los Urales de Ekaterimurgo.
El meteorito, al parecer, no llegó a desintegrarse del todo, pero permitió que los territorios en los que fue visible se iluminaran en plena noche como si el Sol cubriera el cielo. Una experiencia que, seguramente, rompió el sueño de más de uno de los lugareños.
Los científicos que se han desplegado ahora a la zona tienen la intención de buscar el meteoro y recuperarlo para su posterior análisis. "Se trata de una oportunidad única de obtener material espacial que de otro modo sería inaccesible", aseguran. "Por todo ello, merece la pena buscarlo".
El fénomeno lleva repitiéndose durante varios años, aunque alcanza su punto álgido cada 33. En 1998, se registraron 1.000 meteoros, 40 meteoritos y una bola de fuego en solo una noche.
Además, en 2013, un meteorito que cruzó cielo ruso explotó en los montes Urales registrando una fuerza similar a la de una bomba atómica. Su fuerza provocó numerosos desperfectos y provocó más de 1.100 heridos. Algunos de sus restos, en aquella ocasión, fueron encontrados en un lago ruso cuyo nombre no ha transcendido.