Si epidemiólogos y ministros de sanidad de diferentes países han ocupado la primera línea durante la pandemia del coronavirus aumentando enormemente su popularidad, a nivel mundial ha habido un nombre que ha acaparado multitud de titulares: Bill Gates. El fundador de Microsoft se ha mostrado muy comprometido con la crisis sanitaria aportando millones de euros en investigación, pero también se ha convertido en centro de multitud de teorías conspiranoicas que apuntan a un supuesto plan de dominación global.
Chorradas a parte, Gates ha presentado un nuevo libro centrado en otra cuestión sobre la que humanidad también tendría que empezar a preocuparse y tomar medidas: 'Cómo evitar un desastre climático'.
En una entrevista para El País, el magnate ha abordado el problema del calentamiento global pero también ha hablado sobre la Covid-19 y ha revelado cuándo cree que España podrá recuperar la normalidad. Según sus predicciones, este verano se habrá recuperado "en gran medida" la normalidad, pero será en 2022 cuando se haya "recuperado casi totalmente y se podrán celebrar grandes actos públicos".
Sin embargo, Gates plantea sus dudas respecto al futuro más o menos cercano: "La cuestión ahora es si seremos capaces de reducir la cifra de contagios a cero, o si se convertirá en una enfermedad endémica y tendremos que seguir vacunando a un nivel más o menos alto de manera continuada. No lo sabemos aún". "Lo ideal sería lograr que el virus no se contagie entre humanos. Por lo demás, las tiendas volverán a abrir, regresarán los eventos públicos, siempre y cuando al menos un 70% de la población esté vacunada", vaticina.
Las nuvas variantes
Acerca de las nuevas variantes, Gates también ofrece algunos apuntes: "A medida que surjan nuevas variantes es posible que tengamos que modificar las vacunas para lograr una mayor eficacia". "Lo que hace la variante es reducir significativamente la efectividad de los anticuerpos monoclonales, en los que confiábamos para reducir la tasa de mortalidad en paralelo al avance de las campañas de vacunación", añade.
"Desgraciadamente, esa herramienta terapéutica no será tan valiosa como se esperaba. Sin embargo, las vacunas de las que disponemos, como la de Pfizer y la de Moderna, son tan poderosas que sus efectos son muy eficaces. Todavía no estamos muy seguros de que sea necesario modificarlas, pero lo estamos investigando por si acaso. Nos llevaría unos tres meses realizar las pruebas de seguridad y fabricarlas", sentencia.