En mitad de la crisis en Cataluña, España ve cómo se activa su segundo frente independentista: el País Vasco. Los movimientos llegan por parte de la formación nacionalista EH-Bildu, aunque necesitaría de los apoyos de PNV y Podemos para que prospere.
Los territorios que contemplaría esta nueva República comprenderían al tradicional 'Euskal Herria', es decir, Euskadi, Navarra y País Vasco francés y se trataría de una vía unilateral similar a la que se plantea desde el Parlamento catalán.
Sin embargo, la vía vasca cuenta con grandes escollos para prosperar. La portavoz de EH Bildu, Maddalen Iriarte, ha asegurado ante los medios que "no parece" que el lehendakari Íñigo Urkullu "esté en la línea de embarcarse en una vía propia de la soberania".
El plan de Bildu, en este caso, pasa por proclamar la independencia del País Vasco para, posteriormente, continuar anexionando el resto de territorios que el nacionalismo vasco se ha atribuido tradicionalmente.
El PNV está esperando a ver cómo se desarrolla el conflicto catalán para tomar una vía, mientras que Podemos no cuenta por la labor de apoyar una declaración de independencia de manera unilateral.
El nacionalismo vasco ha moderado tajantemente su discurso desde la caída de ETA en 2011 y parece apostar, al menos por el momento, por la vía regionalista reclamando a Madrid un mayor autogobierno.
La prueba de ello se encuentra en su apoyo a los presupuestos de Mariano Rajoy en el Congreso, una estrategia que también ayudó a mejorar la financiación de la comunidad autonóma, pero que evidenció las buenas relaciones entre ambos ejecutivos conservadores.
