No hay mejor muestra de cariño entre dos personas que juntando un beso. Ese momento en el que conectas física y emocionalmente con otra persona y notas cómo se te ponen los pelos 'de punta'.
Sí, hay algo más que pasa en tu cuerpo que un simple contacto con esa persona. Estás liberando endorfinas, la hormona del placer, y esa sustancia que te ayuda a conectar mejor con la otra persona.
Y es que, según relata la sexóloga Andréa Demirjian en declaraciones a CNN, "el sexo, con lo maravilloso que es, puede ser superficial. Besar es íntimo: llega al centro de tu corazón y tu espíritu porque es una forma preciosa de expresar y recibir amor y afecto. Un beso al día realmente puede mantener alejado al médico".
1 Ayuda a reducir la presión arterial
"Mens sana in corpore sano". Para mejorar nuestro estado de salud es fundamental que contemos con una situación más estable y equilibrada a nivel emocional. El beso contribuye a ello.
Y es que el momento en el que nos besamos, aumenta nuestros latidos de manera saludable, así como disminuye la presión sanguínea. Todo ello ayuda a diltatar los vasos, a que la sangre fluya firmemente y llegue a todos los órganos vitales.
2 Combate la caries
Los expertos han asegurado en muchos casos que lo único que se transmite en un beso son bacterias. Puedes creerlo o no, no vamos ahora a refutar ni debatir sobre ello. Sin embargo, hay un beneficio que sí que aleja esa idea.
Cuando nos besamos, los líquidos fluyen más rápido, incluyendo la saliva. Así, cuando esta se segrega con mayor rapidez, se contribuye a eliminar la placa en los dientes, que precisamente es lo que produce las caries.
3 Alarga nuestra vida
Así lo afirma un estudio de la University College de Londres, que ha asegurado que besarse a menudo puede alargar la vida en hasta cinco años. Algo muy provechoso, teniendo en cuenta el ambiente tan hostil que ahora tenemos entre contaminación ambiental y mala alimentación.
La clave de todo ello se encuentra en las mencionadas endorfinas, la hormona de la felicidad, que nos ayudan a tener una actitud más positiva ante la vida y a enfrentar los problemas de mejor manera, lo que contribuye a disminuir los niveles de ansiedad.
4 Mejora la autoestima
Ser capaces de estar conectando con otra persona, sentirnos deseados, saber que estamos con el hombre o la mujer adecuados. Todo ello, junto a la liberación de endorfinas, produce un efecto muy positivo que también deriva en otros beneficios.
Uno de ello es la mejora de la autoestima, fundamental para alcanzar el bienestar físico y mental, así como para enfrentar todos los retos que se anteponen en nuestra vida de una manera más optimista.
5 Quema calorías
Así es, besarse contribuye a quemar calorías y a bajar de peso. Puedes hacer la dieta del beso y quedarte tan contento luciendo un tipazo de escándalo en la playa para deleite de todos aquellos que te quieren besar.
Eso sí, un beso no se puede comparar con pasar media hora en el gimnasio, pero una sesión de besos vigorosa puede contribuir a quemar de 8 a 16 calorías por cada beso. Y si la cosa se alarga... haz cálculos. Eso sí, tiene que ser apasionado, pero tampoco hace falta que te tires una semana. Para eso, mejor ve media hora la gimnasio.
6 Puede servirte como lifting
Besarse ayuda a que se estire la piel de la cara y con ello, a combatir las malditas arrugas que, con el paso del tiempo, van apareciendo en todos los rostros. Y es que un buen beso profundo puede ayudar a darle forma al cuello y a la línea mandibular, claves a la hora de que las personas puedan aparentar mayor o menor edad ante la mirada del resto.
Todo ello sucede porque en el momento de besarnos, estamos estimulando los músculos faciales, tensándolos y tonificándolos; lo que a la larga da muy buen resultado en nuestro rostro.
7 Puede servir para que encuentres a tu media naranja
No hay que negarlo, a la hora de conocer a otra persona, es preciso que exista algo de química, ya que si no, la cosa puede quedar en un mero intento.
De todas formas, este punto no es determinante, y si el primer beso no te gustó, quizás sería conveniente dar una segunda oportunidad a la otra persona. Lo importante es que este punto ayuda y mucho a crear vínculos emocionales con la otra persona a la que estás conociendo.
8 Contribuye a eliminar los calambres y dolores de cabeza
Si sufres de jaqueca o algún problema de calambres menstruales, un buen beso puede ser la mejor receta para acabar con dicho problema. Al principio, la persona puede mostrarse menos dispuesta como consecuencia del dolor, pero después comprobará los efectos positivos.
En concreto, la mejora del riego sanguíneo y de la presión arterial sirven para mejorar nuestro estado de salud a nivel general y contribuye a que los dolores y malestares vayan desapareciendo. Y sí, a esto también contribuye (y mucho) la famosa hormona de la felicidad.
9 Ayuda a resolver conflictos
En ocasiones, una discusión se nos puede ir de las manos y encontrar que, por cada palabra que decimos, todo se tensa más y más hasta que parece que la reconciliación es completamente imposible.
Sin embargo, un beso puede ayudar y mucho, ya que nos permite expresar nuestros sentimientos de una forma que, de otro modo, sería imposible. Además, un beso puede aclarar dudas y recordar esa química que hizo que definitivamente estuvieseis juntos.
10 Fomenta la creatividad
Si besamos mucho, descubriremos que existen mútliples posibilidades de rozar los labios con la otra persona. Y el momento en el que la excitación aumente, el deseo llevará a que experimentemos con otro tipo de besos.
Todo ello influirá en nuestra creatividad y en el modo en el que disfrutamos con nuestra pareja, de forma que podremos conseguir una mejor conexión.
11 Aumenta el deseo
Obviamente, si estamos a gusto con esa persona y notamos la conexión, poco a poco la cosa se irá poniendo... interesante. Sin embargo, hay razones científicas detrás de todo ello y son muy curiosas:
Al parecer, los hombres besan más con la boca abierta que las mujeres, por cuestiones biológicas, ya que la testosterona que ellos administran a través de la saliva, extendida en altas cantidades, puede terminar por alterar el deseo de la mujer. Eso sí, mejor no resultar un baboso, ya que en vez de testosterona estaremos creando un tsunami en el que a nadie le gustaría participar.
