La cuestión feminista es algo que siempre ha perseguido a Bertín Osborne, al que muchos, incluso, acusan de machista. En una entrevista concedida a El País, el cantante y presentador ha dejado clara su postura sobre feminismo en España: "no lo necesitamos".
Pese a la existente realidad discriminatoriacontra la mujer, y muy a su pesar, una realidad en España, Osborne no sabe "qué derechos le faltan a las mujeres que no hayan conseguido ya". Apela a que el movimiento feminista se tendría que trasladar "a Kuwait o Irán, donde aún lapidan a las mujeres". "Me parece fantástico que haya movimientos feministas, pero donde tenga que haberlos", añade. El cantante opina que todo está hecho, y si aún queda algún derecho que conseguir, él lo desconoce.
Sin embargo, opina que la violencia de género "da horror" y no solo "habría que endurecer el código penal", sino intentar prevenir los terribles asesinatos que cada día llenan las portadas y páginas de la prensa impresa y digital del país. Opina que el Gobierno debe dedicar su dinero a esta causa: "que quiten ministerios si hace falta".
Sobre la izquierda y la derecha
"En el siglo XXI, esto de ser de derechas o de izquierdas es una gilipollez". Así de contundente se muestra Bertín Osborne en la entrevista concedida a El País, donde ha hecho repaso de su carrera y de sus polémicas. El presentador y cantante, muy asociado a la derecha de la política, no se considera "inmovilista" y votaría y apoyaría a la izquierda de la misma manera que a la derecha, "si hubiera un Gobierno como tal que gestionara bien el país y creara riqueza para que la gente viviera mejor". Asegura que votaría a los socialistas si volvieran a presentar como candidato a Felipe González, con el que guarda una gran relación y al que ha querido traer a su espacio de Mediaset. "Es una espinita que tengo clavada, pero no ha querido", se lamenta.
A Osborne siempre se le ha identificado con una figura varonil muy concreta. Entiende que siempre se le relacionará con esa etiqueta de "latin-lover", pero se defiende explicando que considera haber llevado una vida ordenada. Cuando tenía 14 años "era el niño que lo hacía todo bien", a partir de entonces le empezó a picar el gusanillo por las "chavalas". Sin embargo, reconoce que se desmadró en los 90 durante una etapa en Miami que vivió intensamente.