Prisión provisional, comunicada y sin fianza para Bernardo Montoya, asesino confeso de la joven profesora Laura Luelmo en la localidad onibense de El Campillo. Por el momento, se le imputan los delitos de asesinato, detención ilegal y agresión sexual. La decisión se ha adoptado después de tomarle declaración en una comparecencia que comenzaba a las 8 de la tarde del 21 de diciembre alargándose hasta la una de la madrugada del 22.
En la comparecencia de medidas cautelares, el ministerio fiscal y la acusación particular solicitaron la prisión para Bernardo Montoya, mientras que la defensa se opuso a esta medida, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Finalmente, la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Valverde del Camino (Huelva) ha decretado el ingreso en prisión al considerar necesaria la medida por la gravedad del delito, la posibilidad de eliminación de pruebas y el riesgo de fuga y a fin de evitar el riesgo de que cometa otros hechos delictivos de la misma gravedad.
Bernardo Montoya ingresaba así en prisión tras haber prestado declaración ante el juez durante cinco horas. Tras abandonar las dependencias judiciales para dirigirse a la cárcel de Huelva, el asesino confeso de Laura Luelmo ha pedido perdón a la familia: "Pido disculpas a la familia. Lo siento".
El asesinato de Laura Luelmo
Fue el 12 de diciembre cuando Laura Luelmo, de 26 años, desapareció tras haber salido a hacer deporte por El Campillo, localidad onubense a la que se había trasladado una semana antes para empezar a trabajar como profesora. Cinco días después su cuerpo apareció sin vida semidesnudo y oculto entre matorrales. Tras varios días de búsqueda, Bernardo Montoya fue detenido el 19 de diciembre mientras intentaba escapar del pueblo. En la mañana del 20 de diciembre Montoya confesó en el interrogatorio de la Guardia Civil que era el responsable del asesinato de la joven maestra.
"Me encapriché de ella", afirmó el asesino confeso y luego construyó un relato falseando los elementos más importantes. Y es que a pesar de acabar de capturarle y tenerle sólo unas horas encerrado en el interrogatorio, la Guardia Civil ya había registrado su casa y habían encontrado restos de sangre de Laura Luelmo y un fuerte olor a lejía que se presupone que Montoya usó para limpiar cualquier rastro del brutal asesinato.
Las investigaciones deducen que Montoya habría introducido a la maestra a la fuerza en su casa para agredirla sexualmente y luego golpearla. La autopsia reveló que Laura Luelmo fue violada y murió de un fuerte golpe en la frente, lo cual Bernardo Montoya achaca a un golpe que le dio contra el capó de su coche al que la llevó engañada. Aún así, se aprecian muchos más golpes en el cuerpo de Laura Luelmo y restos biológicos del asesino confeso.
Supuestamente, después de la agresión, el asesino habría metido a Luelmo en el maletero de su coche envuelta en una manta y se la habría llevado hasta el paraje de Las Mimbreras, donde su cuerpo fue encontrado días después.Bernardo Montoya afirma que la dejó "inconsciente" en el paraje, a cuatro kilómetros de El Campillo, y la tapó con ramas. Teniendo en cuenta los hechos, es posible que Laura Luelmo muriera horas después de su desaparición, al contrario de lo que afirma la primera autopsia que afirma que la maestra falleció entre 48 y 72 horas después. Por lo tanto, y teniendo en cuenta que el cadáver estuvo a la intemperie durante cuatro o cinco días, se realizarán más pruebas forenses para determinar más exactamente qué es lo que pasó.