El caso del crimen de Laura Luelmo continúa en curso con su presunto asesino, Bernardo Montoya, en prisión a la espera de juicio. Fue el pasado mes de diciembre cuando la joven profesora zamorana desapareció en El Campillo (Huelva), hasta donde se había trasladado para empezar a dar clases. Pocos días después apareció su cuerpo sin vida, semidesnudo y con claros signos de violencia. La investigacion llevó a las autoridades hasta Bernardo Montoya, vecino de la víctima, que fue detenido como principal sospechoso.
Desde su detención, Montoya ha permanecido en prisión y es que confesó ante el juez del Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino que había matado a Laura Luelmo. Sin embargo, a lo largo de los últimos meses ha ido cambiando su versión de los hechos hasta declararse inocente. Sin embargo, aquella confesión se ha perdido. Las palabras de Bernardo Montoya no llegaron a grabarse debido a un fallo con el cableado. Según recoge laSexta, no se había conectado correctamente el micrófono al equipo de audio.
Pese a este fallo, la Fiscalía de Huelva "no ve que esta circunstancia afecte" al caso ya que existe una trascripción de la canfesión elaborada por una letrada. Esta transcripción, pese a no tener "la misma literalidad", tendría la misma validez que la grabación. No obstante, el abogado de Montoya ha anunciado que no descarta pedir la libertad para su cliente al no existir grabación de su confesión y existir otra exculpatoria.
La última versión de Bernardo Montoya
Bernardo Montoya, acusado de asesinato, detención ilegal y agresión sexual, ha ofrecido una nueva versión ante el juez en la que asegura que su expareja mató a Laura Luelmo "de tres golpes en la cabeza con un martillo". Según esta declaración, Josefa, a la que no veía desde hace tres años, se presentó en su casa para visitarle el mismo día de la desaparición de la joven. Ha asegurado que la mujer conoció a Laura Luelmo cuando ésta se acercó a preguntarles por un supermercado y él le dio indicaciones. En ese momento, según el testimonio del acusado, su expareja sufrió un ataque de celos.
El detenido asegura que tras ir al baño se encontró a su expareja manteniendo una discusión en el salón con Laura Luelmo, a la que propinó "un golpe en la cara con un palo de escoba y tres martillazos en la cabeza". De acuerdo a esta nueva versión, Montoya asumiría únicamente el cargo de cómplice por ayudar a Josefa a deshacerse del cuerpo de la profesora.