Un pasito para adelante, dos pasitos hacia atrás. A veces parece que el mundo avanza así. Poco a poco los países van avanzando en materia de igualdad, cada vez son más los que aprueban el matrimonio entre personas del mismo sexo siendo ya veintitrés los que lo contemplan (España fue el tercero en hacerlo en el 2005), aunque algunos territorios se arrepientan.
Las islas Bermundas, territorio británico de ultramar miembro de la Comunidad del Caribe, aprobó el matrimonio igualitario el pasado 5 de mayo después de las batallas judiciales que empredieron la pareja gay formada por Winston Godwin y Greg DeRoche, que lucharon incansablemente para obtener su legalización. Sin embargo, el gobierno nunca estuvo contento con esta legalización y al final ha acabado retrocediendo.
El Ministro del Interior de Bermudas, Walton Brown, ha ideado una ley absurda con el objetivo de diferenciar el matrimonio entre personas heterosexuales del de personas homosexuales: la ley de Uniones Domésticas. El proyecto de ley no afectará a las personas que ya están casadas, solo a las nuevas que solo podrán ser "parejas domésticas".
Esta regulación ofrece a las parejas homosexuales los mismos derechos y obligaciones que a los matrimonios heterosexuales, pero se niega a llamarlo matrimonio. Algo profundamente discriminatorio ya que si se trata de la mismo a efectos legales, no tiene sentido llamarlo de diferente forma haciendo así una diferenciación. Para hacer esta ley aún más discriminatoria, los heterosexuales también podrán acceder a esta nueva figura legal.
Polémica y posturas enfrentadas
El proyecto de ley ha sido finalmente aprobada con 24 votos a favor y 10 entre una tormenta de polémica. Aunque el gobierno prometió diálogo, al final acabó imponiendo su postura.
Lawrence Scott, del partido Laborista Progresista, dijo que el proyecto de ley le da a "la comunidad LGTBI los beneficios que ha estado pidiendo", pero mantiene "la definición tradicional de matrimonio". Y ha añadido que "Hasta ahora podían tener el nombre 'matrimonio' pero no los beneficios. Cuando se apruebe esta ley tendrán los beneficios pero no el nombre. Los beneficios son lo que realmente quieren."
Por su parte, la secretaria de Asuntos Interiores, Patricia Gordon-Pamplin, se posicionó en contra del proyecto de ley al no ver lógico negar un derecho que se ganó hace unos meses. "No me gusta que tratemos a nuestras hermanas y hermanos, justa o injustamente, de manera diferente".