El Benidorm Fest se quedará finalmente en trece candidaturas. A apenas tres días de la celebración de su primera semifinal, Luna Ki ha causado la primera baja de la lista del festival levantino. Si bien temíamos que esto sucediera por la Covid-19, en el caso de la artista urbana es aún más grave, ya que se ha topado con las normas de la UER de cara a Eurovisión 2022.
Y es que según ha informado el equipo de Luna Ki en un comunicado ofrecido en redes, ha sido Eurovisión la que ha terminado desestimando el uso del autotune en su 'Voy a morir', un hecho que hace imposible su interpretación, considerándola la artista "imprescindible" para su sonoridad y timbre.
Si bien las dudas acerca del uso o no del autotune eran un hecho que estaba sobrevolando el Benidorm Fest desde la misma elección, Luna Ki siempre alegó en las entrevistas concedidas a medios que RTVE andaba trabajando en el concepto solventando todo tipo de problemas que pudieran suceder, y garantizando la interpretación junto a esta herramienta de modificación vocal.
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— LUNA KI (@lunaki) January 23, 2022
Consigo, Luna Ki ha pedido respeto ante la decisión al mostrarse "responsable ante el público". Se espera una rueda de prensa el lunes 24 a las 16:30 horas para aclarar lo sucedido, así como conocer una decisión de la UER que si bien no sorprende, pone en jaque a una de las preselecciones más importantes de la temporada.
"Una parte del sonido e identidad de una generación"
Lo cierto es que el 'veto' a 'Voy a morir' de cara a Eurovisión 2022 abre un debate amplio sobre el uso de herramientas digitales en el festival. Luego de la aceptación de los coros pregrabados de cara a la edición de 2021, e intentar solventar drops y voces un tanto electrónicas con pistas pregrabadas, era de esperar que el autotune acabara apareciendo en escena.
El equipo de Luna Ki apelaba a que estamos ante una herramienta que lleva usando artistas de la talla de Cher desde 1998, y que en la actualidad es "una parte del sonido e identidad de una generación". Es un debate profundo que tiene que abordar una UER que en veinte años retiró la orquesta y los coros en directo. Pero lo cierto es que es complicado pensar en un festival que cerrara la puerta a artistas urbanos que lideran listas de éxitos con temas producidos con vocoders y autotune. La decisión respecto a Luna Ki parece firme, pero a bien seguro supondrá un punto de inflexión a la hora de valorar los modificadores vocales de cara a próximas ediciones.
Quizá lo impactante es la poca premura para anunciar la situación, o el trabajar en una propuesta durante un mes y medio largo para después no poderla ofrecer en directo. En un camino tortuoso como el de Luna Ki hacia Benidorm Fest (recordemos su polémica sobre su tema, si era inédito o no al haber sido interpretado en directo un año atrás), habrá que escuchar a las diferentes partes para depurar responsabilidades de un tema que fue elegido entre 800 propuestas, y que estaba basado en una herramienta cuyo uso estaba vetado por la propia UER. Un asunto que deja una plaza vacante y que quizá podría haberse abordado antes, aunque hay que conocer antes informaciones oficiales para acabar de armar el puzzle. Lo que es seguro, es que es momento de mandar todos los ánimos a Luna Ki y su equipo, porque no debe ser una decisión fácil tan cerca del festival.
