Consumir una lata diaria de refrescos sin azúcar puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular o desarrollar demencia, según un estudio publicado en la revista American Heart Association.
Al parecer, los que consumen una lata al día pueden llegar a triplicar las probabilidades de sufrir accidentes cerebrovasculares o Alzheimer, algo que hace necesario plantearse el consumo de refrescos en general, puesto que los azucarados también tienen una incidencia muy negativa en la salud.
"Hasta donde sabemos, nuestro estudio es el primero en notificar una asociación entre la ingesta diaria de refrescos edulcorados artificialmente y el aumento del riesgo de demencia por Alzhéimer, entre otras causas", han afirmado los coautores de este estudio.
Sin embargo, los autores afirman que tampoco hay motivo para escandalizarse, puesto que la base de su estudio fue observacional y no médica. Es decir, sus estudios llegaron en base a los hábitos diarios de comida y bebida. Por todo ello, Matthew Pase, investigador que ha colaborado en este estudio, afirma que el estudio no establece una relación causal seria entre el consumo de bebidas 'light' y el daño cerebral que pueden producir, sí que establece una tendencia que debería ser explorada de manera seria en otros estudios.
"Tras los ajustes de edad, sexo, educación, consumo de calorías, calidad de la dieta, actividad física y tabaquismo, el aumento del consumo de refrescos dietéticos están asociados con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular isquémico y demencia provocada por el Alzheimer", han afirmado los autores.
Los accidentes cerebrovasculares isquémicos se producen cuando la sangre no puede llegar al cerebro por un bloqueo provocado, generalmente, por un coágulo de sangre. Cada año se registran 152.000 casos de este tipo lo que los convierte en el tipo de accidente cerebrovascular más frecuente.
Las bebidas azucaradas no son la solución
Si las bebidas light tienen el riesgo de triplicar la posibilidad de padecer demencia o derrames cerebrales, lo cierto es que los refrescos azucarados tradicionales no están en ningún caso exentos de riesgo.
Partamos de que una sola lata de refresco suele mantener 30 gramos de azúcar, lo que equivale aproximadamente a seis cucharadas de té. En concreto, una sola lata supera las recomendaciones diarias de azúcar para todo el día, que actualemente se sitúan en los 25 gramos según la OMS.
La lista de problemas que entraña el consumo excesivo de azúcar es bastante larga: aumenta el riesgo de obesidad, la resistencia a la insulina (lo que implica el inicio de todos los tipos de enfermedades cardiovasculares), incrementa el riesgo de desarrollar diabetes, altera el metabolismo de la grasa y aumenta el nivel de estrés oxidativo global, es decir, el grado de oxidación celular que provoca patologías como la ateroesclerosis.
Frente a todo ello, los investigadores recomiendan el consumo de agua, leche semi o desnatada u otras bebidas sin edulcorantes añadidos.