La legalización de la marihuana en Canadá y la regularización de los cultivos de cáñamo en Estados Unidos hicieron del 2018 el año de explosión para la industria del cannabis. Su triunfo a nivel global ha supuesto un impulso para muchas iniciativas a pequeña y a gran escala, que pretenden lanzar al mercado bebidas inspiradas en la marihuana.
A pesar de que contendrían solo pequeñas dosis y serían aptas para un consumo ocasional en situaciones informales, el principal problema para la industria del cannabis es que la sustancia no se absorbe aún lo suficientemente rápido y sus efectos tardan bastante en tiempo en manifestarse y son más espectaculares. Se trata, por tanto, de un colocón más lento, engañino y difícil de controlar.
Las empresas especializadas llevan años buscando una solución al problema. La compañía 'Cannabiniers' ha lanzado ahora TwoRoots, un producto que combina las técnicas tradicionales de fermentación con cáñamo y cannabis para que los efectos sean más relajados, ligeros e inmediatos, similares a los de la cerveza. Desde la marca afirman que la sustancia se activa a los 10 minutos de su consumición y los efectos no se prolongan más de media hora.
El fenómeno de la 'fiebre verde'
Por su parte, la compañía Canopy Growth ha asegurado tenerlo todo preparado para colocar en el mercado al menos cinco líneas de bebidas infusionadas con cannabis a partir del verano.
La financiación de estas iniciativas procede paradójicamente, de su principal competidor. La industria del alcohol que, al igual que la del tabaco, cotiza actualmente a la baja en el mercado, ha querido participar en el lanzamiento de las bebidas cannábicas. Por este motivo, Constellation Brands, una de las principales productoras de bebidas alcohólicas en Estados Unidos, compró parte de Canopy Growth.
La nueva industria ha provocado todo un fenómeno que en Canadá se conoce ya como 'la fiebre verde', y es que los números reflejan las expectativas estratosféricas generadas por este nuevo mercado que busca ahora la forma de llegar a Europa.
