Era un secreto a voces que tardó décadas en destaparse. El escándalo de los bebés robados en España saltó por los aires hace ahora unos 10 años. Entre los años 50 y 80 del siglo pasado, algunos médicos y enfermeras de hospitales de todo el país se convirtieron en los responsables de un negocio que ha mancillado el nombre de muchos profesionales de nuestra salud pública y que sigue a día de hoy removiendo las conciencias de muchos españoles.
Aquellos bebés robados, aquellas criaturas que fueron arrebatadas de sus padres biológicos y dados en adopción de manera fraudulenta a otras familias, aquellos niños y niñas que se convirtieron en un auténtico negocio sin saberlo son ahora adultos en busca de sus verdaderas raíces. Es posible que algunos de ellos lean estas líneas sin saber que en realidad fueron arrebatados de sus verdaderos padres, y es probable que otros tantos mueran sin conocer la verdad.
Desde que el secreto a voces comenzó a ocupar titulares y portadas, tanto madres y padres víctimas de este tráfico de bebés se pusieron manos a la obra con la intención de encontrar a sus hijos. Otros tantos adultos que habían sido adoptados en su infancia y, con dudas acerca de sus orígenes, hicieron lo propio en busca de la verdad. La asociación Bebés Robados de Sevilla lleva años luchando para que se haga justicia y trabajando para que esos padres y sus hijos víctimas de este negocio se reencuentren antes de que sea demasiado tarde.
Es el caso de Alfonso Cárdenas, secretario y coordinador de la Asociación, con el que hemos hablado desde Los Replicantes, pues forma parte del proyecto desde que comenzó a interesarse por sus verdaderos orígenes biológicos. Es así como nace esta Asociación, tras la proliferación de una avalancha de casos en Sevilla: "En el caso de las familias biológicas, hay quienes desde el principio detectaron que algo extraño sucedió en torno al supuesto fallecimiento de su bebé, otras al enterarse en los medios de comunicación de estos hechos se sintieron identificadas y les asaltó la incertidumbre que durante tantos años llevaron guardadas en su interior", comenta Alfonso.
"Muchas de las personas implicadas en los casos de bebés robados siguen vivas"
La función de la asociación no es otra que intentar reencontrar a las familias separadas por el tráfico de los bebés robados: "Nos relatan su historia personal y les proporcionamos el asesoramiento necesario en la recopilación de documentación". Y es que este trabajo de compilar las pruebas que acrediten la historia de las personas afectadas es vital para encontrar la conexión entre padres e hijos que se buscan mutuamente: "El trabajo es muy extenso, ya que tratamos de seguir la ruta documental de cada uno de los casos que llega hasta nosotros". De hecho, una de las metas de la asociación es lograr que las instituciones públicas se vuelquen con ellos a la hora de facilitar el acceso a los registros que otorgan la información necesaria para lograr un caso de éxito.
El objetivo principal es "casar las informaciones cedidas tanto por los padres y las madres biológicas, como por los adoptados a través de documentos y testimonios para, finalmente, verificarlas o contrastarlas con unas pruebas de ADN". Se trata, al fin y al cabo de una labor minuciosa de recopilación de datos documentales para localizar a las dos partes. Una labor que no solo requiere un esfuerzo económico, sino que también se encuentra con trabas burocráticas por parte, incluso, de algunos implicados en el tráfico de bebés: "Muchas de estas personas que intervinieron en los casos de bebés robados siguen vivas, incluso algunas en activo profesionalmente. Y, por otro lado, descendientes, parientes o personas relacionadas de manera directa o indirecta ocupan cargos de mayor o menor relevancia en los lugares donde solicitamos información de documentos, y es comprometedor para este sector que podamos tener acceso a todo tipo de datos".
"Intentamos reabrir casos y dar un giro a las investigaciones"
No hay que olvidar que no se trata de familias involucradas en una adopción legal que buscan conocer sus orígenes o reencontrarse con sus hijos en el caso de los padres biológicos. Se trata, sin embargo, de personas víctimas de un delito de detención ilegal (secuestro), suposición de parto y alteración de paternidad. Delitos que, además, la Justicia ha denominado como 'permanentes', es decir, que no prescriben. Lo que permite que las víctimas conserven intacto su derecho a denunciar. En su camino judicial, la asociación de Bebés Robados acompaña a estas familias, ya que cuentan con asesoramiento legal, pero también un acompañamiento emocional: "Damos cuenta puntualmente de las gestiones y progresos que vamos haciendo en las búsquedas, sobre todo para que a nivel emocional no se sientan solos, ya que en estos casos es importante que se sientan arropados".
Un apoyo necesario, no solo por la situación tan extraordinaria a la que las víctimas se tienen que enfrentar; sino porque, a su vez, no se sienten especialmente arropados por la Justicia: "El archivo masivo de denuncias es prueba de ello. Son las propias víctimas las que toman la iniciativa de recabar más pruebas y denunciar de manera privada a través de la asociación, para intentar reabrir sus casos y dar un giro a las investigaciones realizadas hasta la fecha". Si bien la Fiscalía General del Estado, tal y como cuenta Alfonso, designó un fiscal por provincia para encargarse de estos casos cuando explotó el escándalo, el apoyo ha sido mínimo: "No hemos sentido que se hayan dedicado en exclusividad a las investigaciones".
Los testigos, vitales a la hora de conseguir un caso de éxito
Es muy probable que todavía haya personas que tengan serias dudas sobre sus orígenes, o madres que aún cuestionen el fallecimiento de sus bebés en el parto. Para todas esas personas todavía hay una salida: se pueden poner en contacto con asociaciones como esta para intentar encontrar a sus familiares: "Cualquier detalle que para ellos no tuviese mayor relevancia, para las investigaciones sería de gran valor a la hora de seguir la ruta de sus casos en cuanto a documentación o testimonios". En estos casos la colaboración ciudadana es vital. Testigos, testimonios, familiares de involucrados en el proceso irregular de adopción... Cualquier detalle es importante a la hora de resolver un caso. Por eso, la asociación realiza concentraciones cada primer domingo de mes "para reivindicar nuestros derechos como víctimas y acercarnos más al ciudadano de a pie y animarle a tomar conciencia de nuestra problemática con la recogida de firmas. Esto facilita también que personas de manera anónima entren en contacto con la asociación y puedan facilitarnos cualquier tipo de información de interés para nuestros casos".
Desde la asociación aseguran que siempre atenderán a las víctimas con la mayor discreción posible. El colectivo que más reparos tiene a la hora de iniciar estas investigaciones es el de los adoptados, pues tienen cierto vértigo a la hora de buscar a sus padres biológicos: "Pueden estar tranquilos de que los pasos se darán al ritmo que marquen ellos, sin presiones ni intromisiones por parte de nadie. Pueden realizar sus búsquedas con total privacidad y por nuestra parte encontrarán el apoyo necesario para llevarlas a cabo. Es importante completar el puzzle de nuestras vidas".