Mariam Petrosyan (26 años) y Taron Petrosyan (28 años) eran sumamente felices desde que supieron que ambso estaban esperando un bebé. La pareja, proveniente de Ereván (Armenia), estaba ansiosa por conocer a su hijo, pero no estaban preparados para lo que iba a suceder aquel día.
Cuando el pequeño Artyom Petrosyan nació, sus padres fueron conscientes de lo que sucediía: su cuerpo estaba lleno de marcas de nacimiento por toda su anatomía, una pigmentación que sorprendió también a los médicos, tal y como relata The Sun.
Los especialistas que asistieron el parto no habían visto nada parecido. Se trata del 80% de todo el cuerpo completamente cubierto de marcas de nacimiento. Además, notaron que el bebé tenía una malformación congénita de la columna y no existía una cura directa para el trastorno de cierre del tubo neural. La única alternativa, en esos momentos, era una cirugía que podría aliviar los síntomas del niño.
Aryom se sometió, por tanto, a su primera intervención quirúrgica tan pronto como llegó al mundo, con el objetivo de enderezar la columna vertebral. Posteriormente, los médicos tuvieron una conversación sobre el tratamiento necesario y advirtieron a los padres que el pequeño tenía una altísima probabilidad de desarrollar cáncer de piel.
Los médicos recomendaron a los padres que abandonaran al bebé
Con este panorama, los padres en pánico por la situación, el personal de enfermería se acercó a ellos para proponerles algo que jamás olvidarán y que por supuesto rechazaron.
En este sentido, los enfermeros le pidieron a los padres dejar al recién nacido en el hospital si no querían cuidarlo. Los padres, a pesar de una sensación negativa inicial, se sorprendieron por el comportamiento y la franqueza y creen que querían evitar que el pequeño pudiera ser abandonado en la calle.
Los padres, sin embargo, tienen claro que no van a abandonar a su propio hijo en absoluto. El pequeño ya está en su casa y ha conocido a sus hermanos, Narek de 3 años y Artur de 2. "Mucha gente se sorprende de ver a Artuom. Otras personas le sonríen. Algunos nos dicen que es un regalo del cielo", expresa su madre emocionada.