Las últimas declaraciones de Luis Bárcenas han provocado un terremoto político que podría acarrear terribles consecuencias para el PP. Amenazó con tirar de la manta si su mujer, Rosalía Iglesias, entraba en prisión y lo ha cumplido. En un escrito remitido a la Fiscalía Anticorrupción a pocos días de que comience en la Audiencia Nacional el juicio del llamado 'caso Bárcenas' por sus papeles de la contabilidad B, el extesorero de la formación conservadora asegura que "desde 1982 existió institucionalizado un sistema de financiación del PP con percepciones en 'b' que se realizaban a través de donativos", señala a varios dirigentes del partido como cobraron sobresueldos procedentes del dinero negro de los empresarios y apunta a Mariano Rajoy como conocedor de todo y responsable de tratar de destruir la documentación comprometedora.
Estas revelaciones ponen en una situación difícil a la actual dirección del Partido Popular. Desde que estas confesiones de Bárcenas salieran a la luz, Pablo Casado ha tratado de pasar de puntillas sobre la cuestión subrayando que son cosas del pasado y que él preside un nuevo PP. El conservador quiere marcar distancias consciente de lo perjudicial que este caso ha sido para el partido, el cual trata de reflotar tras las últimas debacles electorales. Sin embargo, el extesorero está siendo contundente.
Luis Bárcenas ha señalado por primera a la actual dirección del Partido Popular. En una entrevista concedido a El Mundo, afirma que ha negociado "con dos personas muy vinculadas al PP actualmente". Uno de los supuestos negociadores sería un miembro de la Junta Directiva actual del partido.
"Ha habido una negociación llevada a cabo por un íntimo amigo mío con dos personas muy vinculadas al PP actualmente, en las que a cambio de enterrar el 'hacha de guerra' con el PP y retirarme como acusación en el caso de los discos duros, se me ofrecieron unas contrapartidas muy claras que, una vez más, y empiezo a estar acostumbrado, los interlocutores del PP no han cumplido", asegura Bárcenas.
No sería la primera vez que mantiene negociaciones con el PP. En el 2013, cuando entró por primera vez en prisión al descubrirse la fortuna que ocultaba en Suiza, apunta que llegó a recibir "amenazas expresas" de abogados enviados por el Partido Popular.
Sobre la operación Kitchen
"Siempre fui consciente de que se me hacían seguimientos ordenados por el Gobierno de Mariano Rajoy desde al menos abril de 2013", relata, refiriéndose a la operación Kitchen. "De igual forma intuía que el Ministerio del Interior estaba detrás del secuestro de mi mujer por parte de un falso sacerdote que pudo terminar en una desgracia irreparable si mi hijo Guillermo no hubiese actuado con determinación", añade.
El extesorero del partido afirma que la Policía se llevó pruebas del estudio de su esposa. "En el despacho que yo utilizaba a veces en el estudio de mi mujer, efectivamente había información de carácter económico que afectaba al PP y dos grabaciones, aunque no toda la documentación se encontraba allí", cuenta. Señala, además, que Enrique García Castaño, ex alto cargo policial, "no ha entregado toda la información que sustrajo y, sobre todo, los dos soportes de audio".
Respecto a quién considera que estuvo al mando de la operación Kitchen, Bárcenas señala a la cúpula del Gobierno y del partido. "Conociendo a los personajes, no me extrañaría una competición entre Jorge Fernández Díaz y María Dolores de Cospedal para ver quién obtenía antes resultados exitosos para presentar y tranquilizar a Rajoy", apunta. Y precisa: "Yo lo que tengo claro es que el secretario de Estado si monta el operativo es porque cuenta con la autorización expresa de la superioridad. Si el superior era Rajoy, Fernández Díaz, Soraya o Cospedal, de momento no lo sabemos".
Bárcenas, actualmente en prisión por el caso Gürtel, pide "que se depuren responsabilidades hasta el final y que los responsables de estos gravísimos hechos paguen, como algunos ya estamos pagando, por sus (o si se quiere nuestros) delitos".
