Maricones, bolleras, biciosos y transgénicos. Toda esa panda perteneciente al colectivo LGTB vive en el más abominable de los pecados, por lo que su castigo será el fuego eterno. "Fiesta en el infierno", que cantaría Fangoria.
Durante siglos se ha perseguido y castigado la homosexualidad y la transexualidad y, a día de hoy, sigue siendo un problema tener una orientación sexual o una identidad de género diferente a la normativa. Uno de los mayores responsables de esta estigmatización ha sido la Iglesia católica, cuyos principios siguen oponiénose a los derechos y libertades del colectivo del arcoiris.
Y precisamente el arcoiris es lo que forma la bandera LGTB. Un símbolo de diversidad que no le gusta a todo el mundo y es que ya se sabe que la homofobia y la transfobia son más del blanco y negro. Así, el último en atacar esta bandera ha sido un cura de Canadá que, ni corto ni perezoso, ha afirmado que fue inventada por el mismísimo Satán.
Para sostener su tesis, el sacerdote, que prepara a niños de seis años para la comunión, ha asegurado que el verdadero creador de la bandera, Gilbert Baker, no podría haberla creado porque la idea era "demasiado ingeniosa, no es tan inteligente".
Según Jerome Lavigne, vicario de educación de la Diócesis Católica Romana de Calgary, la bandera arcoiris "representa la anarquía, una ruptura en el orden natural de las cosas". Por si fuera poco, ha añadido que "la bandera arcoiris es un sacrilegio de proporciones inconmensurables. Es simple y llanamente escupirle a Dios y reírte en su cara". "Tan solo hay alguien que retuerza la verdad hasta ese nivel. Y su nombre..., su nombre es Satán", ha sentenciado, tal y como recoge Pink News.
"Acciones depravadas y enfermizas"
No es la primera vez que Lavigne protagoniza una polémica de tinte homófobo. En septiembre de 2018 celebró un sermón bajo el título "Orígenes del mal". ¿Adivinan a qué se refiere? Exacto, al colectivo LGTB. En su charla, enunció que para las personas homosexuales "no vale eso de 'Dios me hizo así'", ya que no hay justificación para unas "acciones depravadas, intrínseca y gravemente enfermizas".