Los cánones de belleza socialmente establecidos se han convertido en los peores enemigos de muchas personas. Las mujeres han sido las principales víctimas de esta ansiedad por mantener "la silueta perfecta" que proclaman los anuncios de belleza y que tanto se ven en las redes sociales, aunque es cierto que poco a poco se está desarrollando una conciencia global que abandona estos estereotipos y aboga por una aceptación de todos los tipos de cuerpo.
No obstante, aún queda mucho camino para que los "kilos de más" dejen de ser unos de los contrincantes más fuertes en el ring de la autoestima. De hecho, a día de hoy esta obsesión por deshacerse de ellos nos sitúa en una posición vulnerable que puede convertirse en una gran amenaza para nuestra salud.
Muchas personas no se conforman con el ritmo de la dieta y el deporte y utilizan otros métodos bastante peligrosos y, en su mayoría con efecto rebote, para bajar de peso tan rápido como sea posible, sin importar las consecuencias. Y es entendible si contemplamos la potencia de la maquinaria publicitaria y los productos adelgazantes que venden. Sin embargo, hay que tener claro que esta no es la solución.
A pesar de que la ciencia juega con desventaja ante dichos productos, esta posee poderosas herramientas como la nutrigenética, que analiza nuestro ADN y nos indica cuáles son los alimentos que resultan convenientes para ayudarnos a perder kilos o no engordar sin posibilidad de riesgo.
Estos test, ya sean de saliva o de sangre, analizan cientos de variedades genéticas relacionadas con aspectos tan importante para nuestra salud como el deporte, las adicciones (alcohol y nicotina), el metabolismo, la detoxificación, y el envejecimiento aportando información práctica e importante para desarrollar un plan de salud completo y personalizado, según la plataforma de informaciones sobre la salud Medsbla.
El profesor José María Ordovás lleva años apostando por esta rama de la genética. Según él, analizar la estructura genómica de los individuos es útil para establecer dietas personalizadas que calculen los macro y micronutrientes que necesita cada persona para evitar enfermedades como la obesidad, la diabetes o la hipertensión.
Lo mismo respalda la catedrática de Fisiología y Nutrición de la Universidad de Murcia y Directora de Investigación de Centros de Nutrición Garaulet, Marta Gauralet, que menciona el papel importante de la genética a la hora de mejorar nuestro alimentación. La experta asegura que, a través de un test de saliva, se pueden medir los genes y hacer recomendaciones personalizadas sobre alimentación y horarios que siempre se podrán adaptar a lo que la persona desee.
Deporte y dieta mediterránea
Ordovás señala que la ventaja de estos test nutrigenéticos reside en que no consisten en abandonar el ejercicio o la dieta mediterránea, sino en "dejar de probar dietas al azar y basarse en la ciencia para encontrar productos que se sepa van a beneficiar a una determinada persona dependiendo de su genética".
En definitiva, el truco está en enfocar nuestras necesidades a aquellos alimentos que nos ayudan tanto a adelgazar como a evitar que engordemos.
