Thiago comenzaba este año el segundo ciclo de su vida escolar en Argentina. Sin embargo, la madre del pequeño recibía una carta del cetro notificándole que este año su hijo no podría acudir al centro porque no tenía vacante para este curso. A pesar de que la nota puede parecer algo común, la historia del pequeño esconde algo más.
El pasado enero, su familia se encontraba realizando una barbacoa entre amigos, cuando el padre salió del domicilio en busca de un utensilio para continuar con la cena. Fue el momento en el que sorprendió a unos ladrones en la casa vecina. No tuvo tiempo siquiera de correr, ya que uno de los asaltantes le propinó un disparo mortal en el rostro.
Según informa TN, desde este fatídico suceso el pequeño, de ocho años, está recibiendo apoyo psicológico. Desde hace un mes, Thiago realiza terapias semanales, donde se le diagnosticó "un trastorno postraumático que puede surgir de episodios violentos, accidentes o fallecimientos".
Fue a raíz del incidente cuando el niño comenzó a manifestar dicho trastorno, el cual se ha visto reflejado en su vida escolar, pues el pequeño se ha ausentado reiteradamente de sus clases y ha dejado de escribir por completo. Sin embargo, y a pesar de que la madre llevara un justificante de la psicóloga, el colegio no ha querido seguir contando con Thiago.
Thiago era un alumno de diez hasta la muerte de su padre
Carina Pérez, la madre del pequeño, ha hecho pública la historia de su hijo en su perfil de Facebook, donde cuenta que era un alumno ejemplar, con unas notas de sobresaliente, hasta el asesinato de su padre.
Por su parte, la directora del centro, asegura que ese no es el motivo, aunque reconoce que "es probable que la situación del papá haya influido". En unas declaraciones, recogidas por TN, la directora asegura que los hechos no son así, ya que Thiago estaba recibiendo en el centro "trabajo de ayuda y acompañamiento", pero que "lamentablemente" no pueden prestarle más ayuda porque deben de hacerse cargo de los demás compañeros.