La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha rechazado por completo la posibilidad de colocar una placa en recuerdo de los detenidos por el franquismo en la fachada de la Real Casa de Correos, actual sede del Ejecutivo regional.
"Las únicas placas que habrá en la Real Casa de Correos estarán dedicadas a quienes unan al pueblo de Madrid", ha asegurado la presidenta madrileña, que gobierna en un edificio que albergó calabozos donde la dictadura torturaba a los disidentes y donde sí se han colocado enseñas a los Héroes del 2 de mayo, las víctimas del 11-M asesinadas por la banda yihadista Al-Qaeda o los muertos durante la pandemia.
Las únicas placas que habrá en la Real Casa de Correos estarán dedicadas a quienes unan al pueblo de Madrid:
— Isabel Díaz Ayuso (@IdiazAyuso) April 24, 2024
-A los Héroes del 2 de mayo;
-A las víctimas del 11-M y quienes las auxiliaron;
-A quienes fallecieron en la pandemia, especialmente en soledad.https://t.co/ANNsNUWARF
Honrar a las personas que torturó y asesinó la dictadura en este edificio es una histórica reivindicación de las víctimas, a la que se opone el Gobierno regional. El portavoz del Ejecutivo autonómico, Miguel Ángel García, también considera que este gesto "divide" y ha expresado: "Hay tres placas en la fachada de la sede del gobierno regional y son las únicas que hay habrá".
Las torturas del régimen en la Dirección General de Seguridad
El franquismo tiene a sus espaldas 150.000 asesinados durante toda la dictadura, según el consenso establecido por los historiadores. Las torturas y encarcelamientos arbitrarios eran la tónica habitual del régimen, como ocurría, por ejemplo, en el campo de concentración de Tefía (Fuerteventura), donde se reprimía fuertemente a las personas LGTBI y que ha dado pie recientemente a una serie que recoge su realidad.
La actual sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid fue, durante décadas, un centro de detención y tortura, donde el franquismo emprendía violencia contra los disidentes. Se trataba de la aterradora Dirección General de Seguridad (DGS), que en su sótano albergaba calabozos.
Fundada en 1886, la DGS vivió su momento más oscuro durante la dictadura franquista. Con el final de la guerra, se nombró como director al militar José Ungría Jiménez, que duró poco tiempo y fue sustituido por un integrante falangista, adepto a la Alemania Nazi, José Finat y Escrivá de Romaní, Conde de Mayalde.
El conde de Mayalde, que posteriormente fue embajador en Alemania por sus simpatías con Hitler y alcalde de Madrid, tenía un sangriento historial a sus espaldas y había invitado en 1940 a Heinrich Himmler a visitar Madrid, para incorporar en el régimen elementos de la Gestapo en su represión y, además, establecer diversas vías de colaboración. En su historial se encuentra la elaboración de un censo de judíos para su deportación a los campos de extermino de la Alemania Nazi.
La temible etapa de Arias Navarro, 'El carnicero de Málaga'
Después, llegó la dirección de Carlos Arias Navarro, conocido como 'El carnicero de Málaga' por su participación en la entrada en esta ciudad y la posterior represión que ejerció, que conllevó el asesinato de más de 4.000 personas. Arias Navarro también fue posteriormente alcalde de Madrid y ha mantenido hasta 2016 un parque en su honor en un punto destacado de la capital.
Las formas de Arias Navarro se evidenciaban en la Guerra Civil y al frente de la DGS se hicieron notar. Durante su período se produjeron hechos importantes en este edificio.
Por un lado, destaca Tomás Centeno Sierra, un militante del PSOE que fue detenido por la Brigada Político-Social y torturado brutalmente hasta la muerte en los sótanos de la DGS, actual sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Las autoridades después dijeron que había decidido suicidarse.
Por otro lado, el caso de Julián Grimau, militante del PCE, a quien torturaron brutalmente y, para encubrirlo, arrojaron en el patio interior del inmueble. Grimau denunció lo ocurrido y la policía, por boca del ministro Manuel Fraga (posteriormente fundador de Alianza Popular, germen del actual PP), declaró que había recibido un trato exquisito, pero que se había encaramado a una silla, abierto la ventana e "inexplicablemente", arrojado voluntariamente por voluntad propia. El juez lo aceptó como válido. Grimau fue, finalmente, fusilado, por supuestos delitos que nunca fueron comprobados.
Además, se encuentra el caso de los anarquistas Francisco Granado y Joaquín Delgado. A ambos se les acusó de haber intentado atentar contra la DGS y, tras un consejo de guerra, fueron asesinados en 1963 siguiendo el método de garrote vil, 17 días después.
Carlos Arias Navarro llegó a la presidencia del Gobierno tras la muerte de Carrero Blanco, ratificado por el rey Juan Carlos I y se presentó dentro de las listas de Alianza Popular en 1977 bajo la lista de Manuel Fraga, partido que después cambio su denominación por Partido Popular (PP).
En la Dirección General de Seguridad, además, operaban algunos de los peores torturadores del régimen, entre los que destaca por encima de todos José Antonio González Pacheco, conocido como 'Billy el Niño', que murió en 2020 por coronavirus sin haber pasado por ninguna sentencia relacionada con las brutales palizas que perpetraba en la DGS bajo el amparo de la dictadura.
La reivindicación de las víctimas
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, considera que no es momento de instalar una placa en recuerdo de todas las personas que fueron torturadas brutalmente por no comulgar con la dictadura, muchos de ellos asesinados.
La realidad es que esta no es la primera ocasión en la que se plantea esta posibilidad. En 2016, la Asamblea de Madrid también rechazó una placa a iniciativa de Podemos, que también proponía habilitar uno de sus antiguos calabozos para su visita.
Además, recientemente, el PSOE ha presentado esta propuesta en el Congreso de los Diputados para registrar el edificio como un Lugar de Memoria Democrática y colocar en su fachada una placa para "recordar a personas detenidas ilegalmente, maltratadas y torturadas durante la dictadura franquista".
Conocido como la Real Casa de Correos, la realidad es que durante poco tiempo se dedicó a este cometido y ha sido Capitanía General, Gobierno Militar y Guardia de Prevención, además de Ministerio de la Gobernación. La iniciativa del PSOE propone abarcar el tiempo en que fue sede de la Dirección General de Seguridad (DGS), de la Jefatura Superior de Policía y de la Dirección General de Policía.
Entre estas iniciativas, también se ha presentado otra petición desde Más Madrid para que los calabozos de la Real Casa de Correos sean adecuados para recordar a todas las personas que fueron represaliadas por la dictadura franquista.