La tenencia o consumo de estupefacientes en la vía pública está penada en España. En esta larga lista de sustancias se encuentra la marihuana, una droga muy extendida en nuestro país y que nos ha llevado a liderar el ránking en esta materia.
Las normas para regular este tipo de situaciones son especialmente variadas. Junto con la denominada Ley Mordaza, los agentes también pueden aplicar las ordenanzas municipales, que suelen disparar los importes de las multas.
Esto último es lo que ha vivido el dueño de un restaurante de Barcelona. Los agentes de los Mossos d'Esquadra se personaron en su local para realizar una inspección rutinaria, tal y como suelen hacer con frecuencia en gran parte de los negocios del sector de la hostelería. Sin embargo el dueño, que no creía haber incumplido ninguna norma, se llevó una desagradable sorpresa que, seguramente, querrá olvidar en poco tiempo.
Una multa de 60.000 euros
En concreto, la policía catalana le ha impuesto una multa de 60.000 euros tras inspeccionar el local. ¿Qué señalan en concreto? El hallazgo de la colilla de un porro dentro de las instalaciones.
Como no había prueba de que la sustancia se estaba vendiendo en el local (ni tampoco, hay que reconocer, de que se hubiese consumido en su interior), la Policía le ha impuesto la sanción por "tolerar el consumo de estupefacientes".
El dueño ha denunciado la sanción al juzgado contencioso administrativo. Y, tras esperar el tiempo indicado, por fin se ha llevado una grata sorpresa: los jueces le han dado la razón y le eximen del pago de esa multa.
¿El motivo? Según los magistrados, la orden de los Mossos d'Esquadra fue "injusta y desproporcionada", por lo que la han retirado inmediatamente y, tras los quebraderos de cabeza de nuestro protagonista, finalmente no se verá obligado a pagar esta cuantía.