El avincito presentado recientemente por la organización ultracatólica Hazte Oír tiene un 'problemita': no puede volar. La aeronave, con la que pretendían surcar todas las playas de España para fomentar el odio contra el colectivo LGTBI en general y contra los menores trans enparticular para 'denunciar' lo que ellos llaman "Ley Mordaza LGTBI" no puede... volar.
Y ahora compara esto...
Con esto...
Sí, la avioneta tiene muy poco futuro. Al parecer, el artefacto no cumple la legislación vigente porque, básicamente, no cuenta con ninguna matrícula ni bandera obligatorias según la ley para poder ponerlo en funcionamiento.
Gracias a las fotografías que la propia organización de extrema derecha compartió en sus perfiles de redes sociales, se pudo comprobar que el cono aerodinámico en el eje de la hélice no estaba presente (por lo que no puede volar físicamente) y que toda la tornillería estaba oxidada, más o menos como ocurre en la cabeza de Arsuaga.
Lo mejor de todo es que la cubierta de plexiglás que ejerce a modo de prabrisas, en vez de ser transparente, está translúcida, lo que evidencia que la aeronave tenía, como poco, una falta de higiene evidente.
De esta forma, los entre 15.000 y 20.000 euros que ha costado la campaña (parte de ellos, a costa del contribuyente gracias a las deducciones fiscales que tiene la organización gracias al PP), no habrían servido para nada.
Es decir, la campaña ha sido un completo despropósito con el que llamar la atención y, de paso, hacer el ridículo. Porque hay que reconocer que las fotografías de Arsuaga subido al avión de juguete fueron un puntazo.
Bajo el lema "Ley Mordaza LGTBI: Van a por tus hijos", los radicales de Hazte Oír suman un nuevo ridículo en su historial. Según la organización, una ley -redactada por FELGTB y registrada en el Congreso por Unidos Podemos- que pretende asegurar los derechos y la igualdad de un colectivo históricamente desfavorecido que aún hoy en día tiene que enfrentarse a agresiones y todo tipo de discriminación, es totalitaria ya que coartará lo que su libertad de expresión. En realidad, a lo que esta ley pondrá coto es a su odio.
Nos quedamos con este tuit:
Mi reacción al ver la avioneta que han construido los de Hazte Oír. pic.twitter.com/jPSB5EYl3i
— Luciano Muriel (@lucianointhesky) 1 de agosto de 2017
Rajoy mantiene los privilegios fiscales a Hazte Oír
A pesar de las promesas del Gobierno de Mariano Rajoy, la organización ultracatólica Hazte Oír continúa siendo considerada de 'utilidad pública', un estatus que le permite ahorrarse un dinero importante a la hora de pagar impuestos y gozar de todo tipo de tratos de favor.
La ley actual (1/2002), afirma que para que una organización alcance el mencionado privilegio, tiene que cumplir el siguiente requisito: "Que en sus fines estatutarios se incluya la promoción del interés general (educativo, promoción de los valores constitucionales, de derechos humanos, protección a al infancia etc)". Queda abierto el debate en torno a si esta organización lo cumple.
Ante la oleada de críticas que despertó la campaña del autobús naranja, con el que recorrieron todos los colegios de España para fomentar el odio, la discriminación y el acoso escolar en contra de todos los menores trans, el Gobierno anuncó el pasado 8 de marzo en el Congreso de los Diputados que, independientemente de las acciones judiciales y fiscales abiertas, se investigaría "si se han incumplido algunos de los principios que se exigen como fundamentales para la concesión y, en ese caso, se procederá a la revocación".
Las palabras llegaron por parte del Ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido. Sin embargo, cinco meses después, continúan siendo un simple 'brindis al sol': el Gobierno no ha movido ficha. Y todo, después de que el antecesor de Zoido en el cargo, Jorge Fernández Díaz (conocido por sus vínculos con el Opus Dei al que se afilió tras una noche de juega en Las Vegas), le otorgase ese estátus especial.
Gracias a todo ello, la asociación no paga el IBI de sus inmuebles, no tributa aquellas actividades realizadas con carácter de servicio social y paga menos impuestos que el resto por los beneficios económicos que obtiene de sus actividades. Sus donantes, por otro lado, se benefician de múltiples deducciones fiscales por su apoyo a esta asociación.
Con ello, alcanzan finalmente un presupuesto anual de 2,5 millones de euros, del que sacan constantemente pecho de no recibir subvenciones a pesar de que Esperanza Aguirre se las concedió a través de la Agencia de Cooperación cuando estaba al frente de la Comunidad de Madrid, tal y como recuerda El Diario.