Si siembras odio, recoges odio. Eso es precisamente lo que le está ocurriendo a Hazte Oír desde que comenzaran su campaña en contra de los menores transexuales con un polémico autobús. Pretendieron hacerse un tour pot España, pero el Ayuntamiento de Madrid y el Gobierto autonómico de Cataluña -donde la organización radical fue recibida con huevos- inovilizaron el vehículo. A su paso por Pamplona, incluso, el autobús arrolló a una manifestante.
Después de ser repudiados en su propio país, quisieron expandir su odio saltando el charco hasta Estados Unidos aprovechando la 61ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer que se celebra en la ONU. Para burlarse, ofender y reírse del colectivo LGTBI, el grupúsculo extremista no dudó en plantarse delante de Stonewall con su mensaje de odio: "It's biology: Boys are boys.... and always will be. Girs are girls... and always will be. You can't change sex. Respect all". Este bar es un símbolo recordado por los disturbios de 1969 que significaron el estallido de la lucha por los derechos civiles de lesbianas, gays, transexuale sy bisexuales.
Como era de espearar, esta provocación ha tenido respuesta. Lo que ellos llaman "iniciativa pacífica" es en realidad una campaña discriminatoria, lo que ellos llaman "libertad de expresión" es un realidad discurso de odio. Así, a su paso por Nueva York el autobús transfóbico ha aparecido con varias pintadas reclamando derechos para los transexuales, con golpes y rayaduras en la carrocería y con el parabrisas roto.
CitizenGo, plataforma lanzada por Hazte Oír en 2013 con la intención de blanquear su imagen, ha presentado una denuncia ante la policía neoyorkina. Según Actuall, altavoz propagandístico del grupo radical, los agujeros de las ventanas laterales fueron hechos con un martillo mientras que la frontal fue rota con un bate de béisbol. Ocurrió en torno a las 4 pm hora local, muy cerca del edificio de la ONU. Al parecer fueron tres hombres, pero aun no se ha encontrado a ninguno.
Los beneficios de los que goza Hazte Oír
Hazte Oír fue declarada entidad de utilidad pública en mayo de 2013 por el entonces ministro del Internerio, Jorge fernández Díaz, cercano ideológicamente a los principios de la organización. Atendiendo a la Ley Orgániza 1/2002 del 22 de marzo, sorprende que el grupo ultraconseravador obtuviera esta consideración. Entre otras condiciones, sus fines estatutarios deben ser:
"Promover el interés general" y ser de carácter "cívico, educativo, científico, cultural, deportivo, sanitario, de promoción de los valores constitucionales, de promoción de los derechos humanos, de asistencia social, de cooperación para el desarrollo, de promoción de la mujer, de protección de la infancia, de fomento de la igualdad de oportunidades y de la tolerancia, de defensa del medio ambiente, de fomento de la economía social o de la investigación, de promoción del voluntariado social, de defensa de consumidores y usuarios, de promoción y atención a las personas en riesgo de exclusión por razones físicas, sociales, económicas o culturales, y cualesquiera otros de similar naturaleza".
Dado que Hazte Oír no cumple prácticamente con ninguno de estos principios pues uno de sus pilares es la más rancia LGTBIfobia promoviendo discursos de odio y hasta terapias para "curar" la homosexualidad resulta lógico que se le retire un título que nunca se le debió de dar. ¿Cómo una organización que vulnera los derechos fundamentales de un colectivo puede ser de utilidad pública?
Más allá de los principios, lo que a Hazte Oír le intersa son los beneficios fiscales de los que ha gozado por ser de utilidad pública. Según informa infoLibre, esta consideración ha permitido a sus donantes desgravarse de la declaración de la renta el 75% de los primeros 150 primeros euros que aporten y entre el 30% y el 35% de las cantidades que superen dicha cifra. Es decir, si alguien dona 200 euros a Hazte Oír por ejemplo, Hacienda le devuelve 127,5 euros. Con estos beneficios, no es de extrañar que Hazte Oír haya aumentando sus ingresos en un 69% pasando de 1,5 millones de euros en 2012 a 2,6 millones en 2015.