Pese a que Hazte Oír fue fundada en el 2001, no fue hasta 2017 cuando acapararon multitud de titulares a causa de una vomitiva campaña de odio en contra de los menores transexuales."Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si naces mujer, eres mujer", podía leerse en el autobús naranja que recorrió primero las calles de Madrid para después pasearse por multitud de ciudades españolas.
A base de polémica consiguieron cierta notoriedad y, aunque sirvió para que se analizaran los privilegios de los que goza este grupúsculo, también les reportó pingües beneficios. Gracias a la exposición mediática de la que gozaron, Hazte Oír consiguió multiplicar exponencialmente el dinero que llega a sus arcas a través de donaciones. En marzo de 2017 recibieron 5.057 donaciones por un total de 189 mil euros, siete veces más que en el mismo mes del año anterior. Atendiendo a las donaciones de marzo de 2018 (27.382 euros recibidos), la cantidad también dista bastante.
Las alegaciones de Hazte Oír
Esta cifra se ha hecho pública a través de las alegaciones presentadas por la asociación radical ante el Ministerio de Interior para evitar que el ejecutivo le retire la declaración de utilidad pública que el gobierno del PP les concedió en 2013. A través de un escrito de 25 páginas, Hazte Oír intenta convencer sobre sus cualidades para mantener esta situación.
Hazte Oír destaca que desarrolla "una actividad de clara utilidad pública" y sostiene que dicha declaración "no puede ser interpretada con carácter partidista, pues en tal caso se usaría la declaración de utilidad pública como premio al afín y como castigo al disidente con la ideología del partido en el poder, configurándose así el reconocimiento de la utilidad pública o su posible revocación como un claro instrumento de censura, de limitación de los derechos fundamentales a la libertad de pensamiento y expresión y, al fin, como un instrumento 'pseudooficial de represión, y por tanto, en su aplicación, un instrumento claro para la persecución ideológica, constituyendo así una clara manifestación de un delito de odio".
Exponen, además, que las actividades desarrolladas en estos últimos años por la entidad presidida por Ignacio Arsuaga "han tenido un mayoritario respaldo social de determinados sectores de la sociedad española". También hacen referencia a la campaña del bus del odio sosteniendo que "no fue contra nadie, sino que era una concreción de los derechos amparados en nuestra Constitución", ya que "tenía por intención llamar la atención a los padres de familia sobre las diversas legislaciones autonómicas que pretenden imponer una ideología política concreta (la ideología de género) en las aulas". "Ideología -añade- que es contraria a los conocimientos científicos actuales y a la ética y moral de la mayoría social española".
Los beneficios de Hazte Oír
Hazte Oír fue declarada entidad de utilidad pública en mayo de 2013 por el entonces ministro del Internerior del PP, Jorge Fernández Díaz, cercano ideológicamente a los principios de la organización ultraconservadora.
Gracias a todo ello, la asociación no paga el IBI de sus inmuebles, no tributa aquellas actividades realizadas con carácter de servicio social y paga menos impuestos que el resto por los beneficios económicos que obtiene de sus actividades. Sus donantes, por otro lado, se benefician de múltiples deducciones fiscales por su apoyo a esta asociación.
Esta consideración ha permitido a sus donantes desgravarse de la declaración de la renta el 75% de los primeros 150 primeros euros que aporten y entre el 30% y el 35% de las cantidades que superen dicha cifra. Es decir, si alguien dona 200 euros a Hazte Oír por ejemplo, Hacienda le devuelve 127,5 euros. Con estos beneficios, no es de extrañar que Hazte Oír haya aumentando sus ingresos en un 69% pasando de 1,5 millones de euros en 2012 a 2,6 millones en 2015.