Actualizado: miércoles, 3 de agosto de 2016
Los atascos y la contaminación son dos de los principales problemas de las grandes ciudades de nuestro planeta. Sus inconvenientes preocupan tanto a los ciudadanos como a los gobiernos y algunos de ellos intentan implantar soluciones que reduzcan las consecuencias, por un lado, de estos retrasos innecesarios y, por otro, de la polución que se genera como consecuencia de la tecnificación de la vida.
Existen muchas propuestas sobre la mesa: desde la flexibilización de los horarios labores para descongestionar las carreteras, pasando por la multiplicación de los carriles y los agentes que controlan el tráfico y finalizando por las más conocidas, como utilizar en mayor medida el transporte público.
Aun así, muchos ciudadanos optan todavía por utilizar sus propios automóviles. Puestos a vernos involucrados en un atasco, mejor desde la comodidad de nuestro vehículo. No obstante, China ha puesto fácil solución a este problema, pues es uno de los más perjudicados al ser el país más poblado del mundo.
Se acabaron las esperas y la angustia por llegar tarde al trabajo, a una reunión o a una cita. Se llama Transit Explore Bus (TEB o, lo que es lo mismo, Autobús de Tránsito Elevado) y se trata de un novedoso diseño que transporta 300 pasajeros pero que en un futuro podría albergar hasta 1.200 pasajeros por encima de los coches, es decir, dejando los atascos bajo él.
El autobús se deslizará con la ayuda de unos raíles que se situarán en los extremos de la carretera. Es una mezcla entre un autobús y un tranvía y supone un ahorro de hasta un 20% con respecto a la construcción del metro. Su construcción ha llevado menos de un año y, aunque se esperaba que las primeras pruebas se realizaran a finales del 2016, han tenido lugar esta misma semana en la ciudad china de Qinhuangdao, al noreste del país.
El primer modelo de este autobús, transformado en una pequeña maqueta, se presentó en la XIX Exposición Internacional de Alta Tecnología de Pekín a principios de mayo a pesar de que los primeros detalles se pudieron conocer en 2010. El amplio espacio que dejará entre la carretera y su superficie permitirá que circulen bajo él casi todo tipo de vehículos.
Este espacio inferior tiene una altura de unos 2,15 metros, mientras que el propio autobús mide unos 4,8 metros de altura, con un ancho de 7,6 metros y una longitud total que en el papel rondaba entre los 58 y los 62 metros pero que en la realidad mide 22 metros.
Su inventor, el ingeniero Song Youzhou, comentó en la exposición donde se presentó el proyecto que la construcción de este gigantesco vehículo no llevará ni doce meses de trabajo y que supondrá un antes y un después en la circulación de un país como China, donde los atascos y la contaminación están a la orden del día.
De hecho, así ha sido. Su construcción ha llevado únicamente 3 meses aunque sí es cierto que lo ha hecho con unas dimensiones mucho menores a las ideadas en un principio y presentadas en el mes de mayo. Las primeras pruebas han parecido ser satisfactorias para la compañía que ya ha firmado contratos con otras cuatro ciudades del país (Nanyangm Shenyang, Tianjin y Zhoukou) para tener en sus calles otros proyectos piloto similares. Por ahora no hay fecha fija de inauguración.