El terremoto que ha sacudido Marruecos desde el pasado 8 de septiembre ha dejado más de 2.800 muertos y 2.500 heridos. El país ha sufrido notables daños en sus infraestructuras y está siendo objeto de la cooperación internacional para las labores de reconstrucción.
En esta tragedia, se han alzado las voces que han reclamado la presencia del monarca, Mohamed VI, sin embargo, el rey todavía no ha aparecido con las víctimas o en los territorios afectados. El terremoto ocurrió mientras se encontraba de vacaciones en Francia, en concreto en París.
El monarca alauita permanecía en la capital francesa desde el 1 de septiembre. Allí pasa largas temporadas, en una mansión de 1.600 metros cuadrados en Champ-de-Mars, cerca de la Torre Eiffel, tal y como ha publicado el diario Le Monde.
Su reacción ante una tragedia de estas características ha generado controversia, especialmente por la tardanza y, sobre todo, por el papel institucional (e incluso espiritual) que representa la monarquía en Marruecos, especialmente en una crisis de estas características.
Mohamed VI voló el 9 de septiembre hacia la capital, Rabat, donde mantuvo un encuentro en el que desplegó un programa de emergencia para la rehabilitación de los edificios dañados. Allí se fotografió con los militares, políticos y altos cargos institucionales del país, en una imagen que se repite en todos los medios de comunicación.
No se han producido más movimientos. El rey no se ha desplazado hasta las zonas afectadas ni ha visitado a los heridos, algo que ha sido muy criticado en repetidas ocasiones, al considerar que representa la imagen de un monarca ausente.
Cabe destacar que Mohamed VI ha visto reducida su agenda pública durante los últimos años por motivos de salud. En concreto, el rey padece sarcoidosis, una patología de carácter auto inmune.
Mulay Hasán
La respuesta al terremoto abre la puerta a la abdicación de Mohamed VI en su hijo, Mulay Hasán, de 20 años, que ha incrementado notablemente su exposición mediática durante los últimos años. Sin embargo, la última crisis vida en el país no ha encumbrado al príncipe, que ha seguido la baja presencia mediática del padre.
Por el momento no se ha registrado un momento de protesta en el país que haya puesto en duda a la monarquía que pudiera desencadenar una abdicación. El príncipe recibió oficialmente una educación de corte occidental y es cercano a su madre, la princesa Lalla Salma, sin embargo, cortó con dichos estudios; fue instruido en valores más tradicionales del país.
Se cree, sin embargo, que escuchará a su madre cuando reine y que parte del círculo más cercano al monarca perderá gran parte de sus privilegios cuando llegue al poder. El joven de 20 años, mientras tanto, mantiene un plano muy discreto.
Marruecos, un país con gran relevancia internacional
Marruecos ocupa un papel muy relevante a nivel internacional. Estados Unidos es el país que ha mantenido mayor interés en acercarse a esta nación del norte de Africa hacia su influencia, motivo por el que tradicionalmente se ha visto enfrentada con Argelia, país que habitualmente se ha alineado con los intereses de Moscú.
Marruecos mantiene con Estados Unidos un acuerdo de libre comercio y ha recibido la concesión del estatuto de aliado preferente en la OTAN, algo que concede el cierre del Mediterráneo y el apoyo en el Sáhara para Rabat.
La monarquía le concede, además, estabilidad en el norte de África, precisamente en el país que esquivó por completo el embite de las Primaveras Árabes en 2011 cuando la mayoría de naciones se derrumbaban.
Además, ambas naciones mantienen una relación que se forja en una alianza tejida a lo largo de la historia, desde que Estados Unidos se independizó de Reino Unido y la primera superdelegación en Tánger reconoció su independencia.