La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, finalmente tendrá que sentarse en el banquillo de los acusados por el caso máster. La decisión llega después de que la exlíder popular emitiera un recurso tras el fallecimiento de Enrique Álvarez Conde, en el que culpaba a la universidad (y, en definitiva, como director del curso, al propio Conde) por falsificar las actas sin que ella fuera consciente.
La Sección 16 de la Audiencia Provincial de Madrid, encargada de adoptar la decisión, se ha mostrado contundente en su escrito, señalando que Cifuentes "exhibió públicamente el documento inveraz que había inducido a confeccionar, siendo plenamente consciente de su falsedad, pues era sabedora, como nadie, que no había llevado a cabo el trabajo de fin de máster, ni lo había defendido el mismo ante un tribunal universitario".
El recurso fue presentado por la propia Cifuentes, el catedrático Enrique Álvarez Conde y María Teresa Feito, la asesora de la expresidenta que supuestamente ejerció como correa de transmisión con la universidad para ejercer las presiones en la presunta elaboración del acta falsificada.
Sobre Feito, Cifuentes también ha asegurado que nunca mantuvo trato con ella ni le ordenó ningún viaje hacia las dependencias de la universidad. Sin embargo, la Justicia pone en duda sus palabras y señala que Feito se encuentra imputada en este caso sin encontrar interés personal en obtener réditos.
No hay rastro de documentación
Los magistrados encargados del caso han emitido un escrito contundente, aunque han defendido que se adopta sin vulnerar su derecho a la presunción de inocencia. Por ello, remiten a la vista oral, cuando el caso se estudie "con mayores garantías y con mayores y mejores elementos de prueba". Allí determinarán las consecuencias penales que podría acarrear el caso, teniendo en cuenta que la Fiscalía solicita para Cifuentes una pena de tres años y tres meses de prisión por lo relacionado con el acta.
Sin embargo, también han destacado la solidez de las pruebas en contra de la expresidenta madrileña, al corroborar que "no queda rastro documental alguno del trabajo de fin de máster, ni en los archivos de la URJC, ni en los correos electrónicos, ni en formato papel, ni en ningún sitio, y no estamos hablando de un documento fechado en épocas pretéritas, sino apenas seis años antes de la investigación".
