Después de 26 horas incomunicados, el jurado considera a Ana Julia culpable por el asesinato con alevosía del pequeño Gabriel. La sentencia considera que no hubo ensañamiento, aunque los hechos considerados como probados entran en el espectro de la prisión permanente revisable. También considera las "lesiones psíquicas" a los padres por su actuación durante los días posteriores al asesinato del menor.
El jurado se une a las tesis de la fiscal, que pide una pena de prisión permanente revisable. Además se considera que Ana Julia era plenamente consciente de lo que estaba haciendo, ya que la acusada argumentó que sus capacidades estaban mermadas por el consumo de una medicación. Esto acerca nuevamente la pena de prisión permanente revisable, pero la falta de ensañamiento podría evitar esta condena a falta de conocer la sentencia definitiva.
El jurado declara culpable a Ana Julia por un delito contra la integridad moral sobre la madre de Gabriel. "De forma deliberada vilipendió, humilló y vejó a Patricia", señala el veredicto. La sentencia se conocerá en los próximos días.
Los componentes del panel también han valorado, según demandó la Fiscalía y la acusación particular, los daños psicológicos a los padres del niño, Ángel David Cruz y Patricia Ramírez, así como las secuelas que el terrible suceso ha dejado en su integridad moral. Estos hechos habrían supuesto un agravante considerable en la condena de la procesada.
El jurado ya dejaba entrever su decisión cuando en la sala en la que permanecían, provistos de todo el material necesario para dictaminar su veredicto, se escuchan expresiones de alegría y emoción alrededor de las 16 horas del 19 de septiembre. El día limite era hoy, el jurado no podía salir de la sala hasta emitir un juicio y comunicárselo a la jueza. Así lo han hecho, entre abrazos, según un trabajador de las dependencias judiciales que pudo ver el interior de la sala a través de la puerta entreabierta.
Un gran reto por delante, por una sentencia que toda España esperaba
El jurado, que ha estado incomunicado hasta entonces, ha estado formado por 9 personas, siete mujeres y dos hombres, sin cualificación alguna de enseñanza superior, en su mayoría, procedentes del campo. Antes de proceder a la valoración de los hechos, junto a los sumarios, las pruebas y las vistas judiciales, la magistrada les pidió, durante media hora que votaran responsablemente, "dejando fuera todo tipo de sentimiento", asegurando que su misión es únicamente "dictar sentencia" en función de lo que ellos determinen. "Aquí se enjuician hechos y pruebas. Solo valdrá eso. Son juzgadores de hechos. No debe preocuparles si no tienen conocimientos jurídicos, para eso estoy yo".
Por otro lado, quiso hacer hincapié en la acusación de la fiscal, subrayando que la alevosía consiste en recrearse en el dolor de la víctima, haciendo que sufra. Por otro lado, explicó fielmente las discrepancias en torno a la cuestión que atañe al hecho mismo del asesinato, incluido si hubo o no ensañamiento, y cómo ocurrió, partiendo del informe del forense, que reveló que Gabriel murió por asfixia. Posteriormente, les dio un máximo de 48 horas para responder a las más de 140 preguntas recogidas en 22 folios, y así poder dictar el veredicto final con fundamento. El Mundo hizo público el mencionado documento, el cual recibieron a manos de la magistrada Alejandra Dodero.
Asesinato con alevosía, ¿con o sin ensañamiento?
La fiscal, Elena Fernández, había pedido prisión permanente revisable para la autora confesa del crimen, después de considerar que los hechos ocurrieron con alevosía, pero determinó que no hubo ensañamiento. "Como fiscal, me estremece especialmente la falta de piedad de la procesada, que posiblemente no voy a ver en otro acusado, pero no se puede mantener que hubiese un aumento deliberado de dolor o que hubiese agonía", explicaba en la vista.
La acusación, encabezada por Francisco Torres, respaldaba las palabas de la fiscal, así como la defensa de los padres del pequeño, con el agravante de defender el hecho de que Gabriel sí agonizó durante más de 45 minutos hasta finalmente, fallecer. Por su lado, el letrado de oficio defendió su valentía tras confesar el asesinato y entiende que no lo hiciera durante la búsqueda incesante del menor, por lo que habría pedido hasta un máximo de 15 años en prisión y un mínimo de tres, después de contradecir las palabras de la acusación y exhibir sus alegatos ante la sala. Ana Julia aprovechó la última palabra de la sesión previa a su sentencia para pedir perdón al país, a su hija y a los familiares del fallecido.