Un hombre ha atropellado a varios profesionales a la salida de un centro sanitario en la localidad de Haro, en La Rioja. Estos hechos han provocado la muerte de una persona, así como han dejado a dos heridos en estado muy grave.
La víctima se llamaba Manuel, un hombre de 32 años y que trabajaba como sanitario en el centro médico. Se encontraba en su exterior, junto a otras personas, cuando el vehículo irrumpió a gran velocidad en la zona de Urgencias, atropellando como mínimo a seis personas y causándole la muerte por graves heridas.
El atacante, un joven de 26 años, gritó consignas contra el Gobierno de Pedro Sánchez, según los testigos citados por el diario La Rioja. El acusado ya ha sido detenido. Se descarta la posibilidad de que los hechos puedan constituir un ataque terrorista.
La Guardia Civil ya investiga la posibilidad de que un trastorno mental pueda haber sido el origen de estos hechos (solo un 5% de los casos de violencia tienen como origen la enfermedad mental, según un estudio publicado en Harvard Review of Pschiatry).
Para llegar a la conclusión del origen en una posible enfermedad mental en este caso, a pesar del grito de consignas contra el Gobierno, la Guardia Civil se ha mostrado contundente en menos de 24 horas, en las que se ha rechazado la hipótesis de un ataque de esta ideología.
Un caso bajo investigación
Estos hechos se encuentran bajo investigación y será la justicia quien determine. Los hechos difieren, por ejemplo, de los ocurridos en septiembre de 2021, cuando Abdellah Gmara impactó su coche contra una terraza de la localidad murciana de Torre Pacheco. Este ataque fue calificado como "atentado terrorista" por la Guardia Civil", en cuyo atestado se recogía la declaración de un testigo sobre cómo recitaba versos coránicos con referencias a Alá.
Dos meses después de investigación, se recabó información clínica del acusado, que había fallecido en el accidente, para indagar si también padecía antecedentes psiquiátricos. La redacción de la carta en la que aludía al Islam y hablaba de terrorismo tenía una redacción completamente inconexa y carente de sentido. Además, el autor del ataque no pertenecía a ninguna célula terrorista y era un lobo solitario.
El caso también difiere sensiblemente de otros, como el ocurrido en Algeciras (Cádiz), donde Yassine Kanjaa, un joven de 25 años, asesinó a machetazos al sacristán Diego Valencia e hirió a otras personas en el municipio gaditano. En este caso, se mantiene la causa en la Audiencia Nacional.
Este órgano es el tribunal encargado de investigar casos de terrorismo en España, La defensa ha presentado dos informes psiquiátricos emitido que precisan la existencia de un posible trastorno compatible con "diagnóstico de cuadro psicótico" y "probable" relación con la "esquizofrenia"; así como un diagnóstico de "esquizofrenia en primer episodio actualmente sintomático".
Dicho informe fue elaborado por técnicos del Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Sevilla, que afirmaba que las "facultades intelectivas" y "volitivas" del arrestado podrían estar "severamente afectadas" y que, por este motivo, su situación debería valorarse a la hora de fijar su grado de imputabilidad. Kanjaa, además, tenía antecedentes psiquiátricos familiares, en concreto, su padre había estado internado en Tánger en dos ocasiones.
Sin embargo, el magistrado mantiene que este caso responde a fines terroristas y que "por tanto, desde la profesionalidad de este momento procesal puede subsumirse en un delito del artículo 573 del Código Penal, sin perjuicio de ulterior calificación".
El juez indica que la actividad de Kanjaa se califica como un ataque yihadista dirigido contra sacerdotes que profesan la fe en la Iglesia Católica como contra musulmanes que para el investigado no siguen los preceptos del Corán.
