El asesinato de Belén Cortés, la trabajadora social de Badajoz de 35 años asesinada presuntamente por tres menores tuteados a los que cuidaba, ha generado una gran conmoción. La educadora había manifestado en los días previos amenazas de uno de los detenidos y aquella noche sabía que algo malo iba a ocurrir.
Así lo evidencian los últimos mensajes que la víctima envió a su novio y al padre de uno de los menores, tan solo unos minutos antes de su asesinato, como publica el diario El País, que ha tenido acceso a todas las conversaciones de aquella jornada.
Belén ya conocía los antecedentes de los menores, que se habían escapado recientemente, fueron devueltos a la Policía y ahora se quedaban en el piso, con ella sola, durante toda la noche, cuando el servicio ha sido cedido a una empresa privada en pleno proceso de privatización de la gestión.
"Estoy un poco nerviosa, están intentando largarse"
Los mensajes que la víctima, Belén Cortés, envió pasadas las 21:00 horas, recogen un comentario de la víctima al padre del menor de 14 años. "Buenas noches, estoy un poco nerviosa. Voy a encauzar el turno y luego te cuento", le lanzó en un texto.
Los dos menores se habían fugado en los días previos. La policía los había encontrado en muy malas condiciones y los resultados del menor, según publica el citado medio, habían dado positivo en consumo de heroína y cocaína, por lo que la educadora era consciente de la situación.
En plena ebullición del Carnaval de Mérida, Belén se vio obligada a escribir otro mensaje a las 21:55 horas, dirigido al padre del más joven. "Está un poco rebelde, con intención de irse con el otro", le lanzaba. Poco después se produciría el asesinato y los tres menores huirían intentando llegar a la capital extremeña con el coche de la fallecida.
Los mensajes se suceden y, en esta ocasión, también tienen como remitente a su pareja. "Estoy intentando reconducir", le lanzaba poco antes, buscando quizás apoyo y no sentirse sola ante la situación que se estaba viendo obligada a afrontar.
A las 21:56 volvió a escribir al padre del menor. "Estoy intentando reconducir", escribía. Una situación que se iba complicando por momentos, pero en la que la educadora jamás pudo imaginar que terminaría con su propio asesinato aquella noche.
El último mensaje que Belén Cortés escribió fue a las 22:04. "He conseguido que meta en la cama, a ver si le hace efecto el jarabe", le había dicho al padre del menor. Poco después, los agentes encontraron su cuerpo sin vida y con signos de haber sido golpeada y asfixiada.
Se desconoce qué ocurrió en aquellos momentos. El testimonio del adolescente de 14 años y la implicada de 17 intenta desvincularse de todo lo ocurrido. Sin embargo, la declaración del otro joven de 15 años permanece bajo secreto de sumario. Los tres podrían haberse marchado a Mérida al día siguiente, puesto que estaban en régimen abierto, solo tenían que dormir bajo llave y el resto de la jornada podían entrar y salir como querían en un barrio acomodado de Badajoz.
"Estoy de los nervios. Mañana hablo con la Junta", "¿Mañana va al instituto?", le escribió posteriormente el padre del menor a Belén. Por entonces ya no pudo contestar a sus mensajes, puesto que ya había sido asesinada. La conversación termina con otro mensaje del padre en el que pregunta si ya se han dormido.
El padre del menor había pedido separarlo del otro implicado
La causa está bajo investigación. Sin embargo, ha trascendido que la familia del joven de 14 años había solicitado en las horas previas que la empresa gestora del piso de cumplimiento de medidas judiciales en régimen abierto le separara del otro menor implicado en el caso de 15 años por su "integridad física".
El correo relata todo lo relacionado con la fuga previa y recuerda que en la declaración ante la Guardia Civil aseguró que su compañero de piso de 15 años y su madre le habían "inducido y manipulado" para "consumir diferentes sustancias".
"Llegando su madre a facilitar medios económicos para su adquisición o instigar a cometer delitos con el fin de obtenerlos, habiendo consumido las mismas junto a ellos", escribía por entonces el padre en el correo electrónico que remitía a la empresa.
La familia se ha pronunciado ahora tras el crimen y ha exigido que se haga justicia, defendido que el menor tenía que haber sido encerrado antes y pedido disculpas al entorno de la fallecida. Mientras tanto, los trabajadores del sector denuncian falta de medios para un servicio de gestión privatizada y reclaman mejorar las condiciones y sobre todo la seguridad.